Encontrados 220 resultados para: suelo

  • Malditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, las crías de tus vacas y los partos de tus ovejas. (Deuteronomio 28, 18)

  • Un pueblo que no conoces comerá el fruto de tu suelo y todo el producto de tus fatigas. Serás oprimido y explotado constantemente, (Deuteronomio 28, 33)

  • Los insectos arrasarán con todos tus árboles y con todos los frutos de tu suelo. (Deuteronomio 28, 42)

  • Ella se comerá los productos de tu ganado y los frutos de tu suelo, hasta que quedes exterminado, porque te dejará totalmente desprovisto de trigo, de vino y de aceite, de las crías de tus vacas y tus ovejas, hasta hacerte desaparecer. (Deuteronomio 28, 51)

  • La más fina y delicada entre las mujeres de tu pueblo -tan fina y delicada que ni siquiera se hubiera atrevido a pisar el suelo con la planta de sus pies- mirará con odio al esposo de su corazón, a su hijo y a su hija, (Deuteronomio 28, 56)

  • Y al ver todo su suelo devastado por el azufre y la sal, donde no se siembra ni crece nada, ni brota ninguna hierba -como sucedió en la catástrofe de Sodoma y Gomorra, de Admá y Seboím, a las que el Señor destruyó en su ira y su furor- (Deuteronomio 29, 22)

  • El Señor los arrancó de su suelo, con enojo, furia y gran indignación, y los deportó a otra tierra, como sucede todavía hoy". (Deuteronomio 29, 27)

  • El Señor, tu Dios, te dará abundante prosperidad en todas tus empresas, en el fruto de tus entrañas, en las crías de tu ganado y en los productos de tu suelo. Porque el Señor volverá a complacerse en tu prosperidad, como antes se había complacido en la prosperidad de tus padres. (Deuteronomio 30, 9)

  • Los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza del Señor permanecían inmóviles en medio del Jordán, sobre el suelo seco, mientras todo Israel iba pasando por el cauce seco, hasta que todo el pueblo terminó de cruzar el Jordán. (Josué 3, 17)

  • Y cuando estos salieron, apenas sus pies tocaron el suelo firme, las aguas del Jordán volvieron a su cauce y prosiguieron su curso como antes, por encima de sus bordes. (Josué 4, 18)

  • Esperaron hasta cansarse y al ver que no abría la puerta, tomaron la llave, abrieron y encontraron a su señor muerto en el suelo. (Jueces 3, 25)

  • Los cascos de los caballos martillaron el suelo, al galope, al galope de sus corceles. (Jueces 5, 22)


“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina