Encontrados 14 resultados para: tienda

  • para que hayan conspirado contra mí? Nadie me avisa nada cuando mi hijo pacta con el hijo de Jesé. Ninguno de ustedes se conduele conmigo, ni me revela que mi hijo sublevó contra mí a mi esclavo, para que me tienda asechanzas, como sucede en el día de hoy? (I Samuel 22, 8)

  • Saúl añadió: "¿Por qué han conspirado contra mí, tú y el hijo de Jesé? Tú le has dado pan y una espada, y has consultado a Dios por él, para que se subleve contra mí y me tienda asechanzas, como sucede en el día de hoy". (I Samuel 22, 13)

  • el rey dijo al profeta Natán: "Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios está en una tienda de campaña". (II Samuel 7, 2)

  • Cuando David se estableció en su casa, dijo al profeta Natán: "Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de la Alianza del Señor está bajo una tienda de campaña". (I Crónicas 17, 1)

  • El Arca de Dios, en cambio, había sido llevada por David de Quiriat Iearim al lugar que él mismo le había preparado en Jerusalén, levantando allí una tienda de campaña para ella. (II Crónicas 1, 4)

  • Apenas Ajior terminó de pronunciar estas palabras, toda la multitud que estaba alrededor de la tienda de campaña hizo oír un murmullo de protesta. Los oficiales de Holofernes, y todos los habitantes del litoral y de Moab querían hacerlo pedazos. (Judit 5, 22)

  • Luego Holofernes ordenó a los servidores que estaban en su tienda de campaña que tomaran a Ajior, lo llevaran a Betulia y lo entregaran a los israelitas. (Judit 6, 10)

  • "Has puesto a salvo tu vida, apresurándote a presentarte ante nuestro señor. Ahora, sigue adelante hasta su tienda de campaña, y algunos de nosotros te escoltarán hasta hacerte comparecer ante él. (Judit 10, 15)

  • Sí, él me cobijará en su Tienda de campaña en el momento del peligro; me ocultará al amparo de su Carpa y me afirmará sobre una roca. (Salmos 27, 5)

  • Tú los ocultas al amparo de tu rostro de las intrigas de los hombres; y los escondes en tu Tienda de campaña, lejos de las lenguas pendencieras. (Salmos 31, 21)

  • En Jerusalén está su Tienda de campaña, en Sión se levanta su Morada. (Salmos 76, 3)

  • Nosotros sabemos, en efecto, que si esta tienda de campaña -nuestra morada terrenal- es destruida, tenemos una casa permanente en el cielo, no construida por el hombre, sino por Dios. (II Corintios 5, 1)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina