Encontrados 858 resultados para: vida larga

  • También la lengua es un fuego: es un mundo de maldad puesto en nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida humana. (Santiago 3, 6)

  • ¿saben acaso qué les pasará manaña? Porque su vida es como el humo, que aparece un momento y luego se disipa. (Santiago 4, 14)

  • Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza. (Santiago 5, 5)

  • sepan que el que hace volver a un pecador de su mal camino salvará su vida de la muerte y obtendrá el perdón de numerosos pecados. (Santiago 5, 20)

  • al ver su vida casta y respetuosa. (I Pedro 3, 2)

  • Los maridos, a su vez, comprendan que deben compartir su vida con un ser más débil, como es la mujer: trátenla con el respeto debido a coherederas de la gracia que da la Vida. De esa manera, nada será obstáculo para la oración. (I Pedro 3, 7)

  • El que ama la vida y desea gozar de días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de palabras mentirosas; (I Pedro 3, 10)

  • para vivir el resto de su vida mortal, no según los deseos humanos, sino según la voluntad de Dios. (I Pedro 4, 2)

  • Porque la Buena Noticia ha sido anunciada a los muertos, para que ellos, después de haber sido juzgados en la carne conforme a su condición humana, vivan por el Espíritu con la vida de Dios. (I Pedro 4, 6)

  • Su poder divino, en efecto, nos ha concedido gratuitamente todo lo necesario para la vida y la piedad, haciéndonos conocer a aquel que nos llamó por la fuerza de su propia gloria. (II Pedro 1, 3)

  • Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos. (I Juan 1, 1)

  • Porque la Vida se hizo visible, y nosotros la vimos y somos testigos, y les anunciamos la Vida eterna, que existía junto al Padre y que se nos ha manifestado. (I Juan 1, 2)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina