Encontrados 3505 resultados para: �Cómo

  • y los que iban entrando eran macho y hembra de toda carne, como Dios se lo había mandado. Y Yahveh cerró la puerta detrás de Noé. (Génesis 7, 16)

  • Al aspirar Yahveh el calmante aroma, dijo en su corazón: «Nunca más volveré al maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del corazón humano son malas desde su niñez, ni volveré a herir a todo ser viviente como lo he hecho. (Génesis 8, 21)

  • Fue un bravo cazador delante de Yahveh, por lo cual se suele decir: «Bravo cazador delante de Yahveh, como Nemrod.» (Génesis 10, 9)

  • Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yahveh, y con él marchó Lot. Tenía Abram 75 años cuando salió de Jarán. (Génesis 12, 4)

  • Lot levantó los ojos y vio toda la vega del Jordán, toda ella de regadío - eran antes de destruir Yahveh a Sodoma y Gomorra - como el jardín de Yahveh, como Egipto, hasta llegar a Soar. (Génesis 13, 10)

  • Haré tu descendencia como el polvo de la tierra: tal que si alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá contar tu descendencia. (Génesis 13, 16)

  • El valle de Siddim estaba lleno de pozos de betún, y como huyesen los reyes de Sodoma y Gomorra, cayeron allí. Los demás huyeron a la montaña. (Génesis 14, 10)

  • recuperó toda la hacienda, y también a su hermano Lot con su hacienda así como a las mujeres y a la gente. (Génesis 14, 16)

  • Respondió Abram a Saray: «Ahí tienes a tu esclava en tus manos. Haz con ella como mejor te parezca.» Saray dio en maltratarla y ella huyó de su presencia. (Génesis 16, 6)

  • Yo te daré a ti y a tu posteridad la tierra en que andas como peregrino, todo el país de Canaán, en posesión perpetua, y yo seré el Dios de los tuyos.» (Génesis 17, 8)

  • A los ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extraño que no sea de tu raza. (Génesis 17, 12)

  • Deben ser circuncidados el nacido en tu casa y el comprado con tu dinero, de modo que mi alianza esté en vuestra carne como alianza eterna. (Génesis 17, 13)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina