Encontrados 528 resultados para: Aceite Santo

  • Su ofrenda consistía en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblación; (Números 7, 79)

  • Tomarán luego un novillo, con su correspondiente oblación de flor de harina amasada con aceite y tú tomarás otro novillo como sacrificio por el pecado. (Números 8, 8)

  • El pueblo se desparramaba para recogerlo; lo molian en la muela o lo majaban en el mortero; luego lo cocían en la olla y hacían con él tortas. Su sabor era parecido al de una torta de aceite. (Números 11, 8)

  • el oferente presentará, para su ofrenda a Yahveh, una oblación de una décima de flor de harina amasada con un cuarto de sextario de aceite. (Números 15, 4)

  • Si es un carnero, la oblación será de dos décimas de flor de harina amasada con un tercio de sextario de aceite, (Números 15, 6)

  • se ofrecerá además del novillo una oblación de tres décimas de flor de harina amasada con medio sextario de aceite, (Números 15, 9)

  • Todo lo mejor del aceite y la flor del mosto y del trigo, las primicias que ofrezcan a Yahveh, te las doy a ti. (Números 18, 12)

  • y como oblación, una décima de medida de flor de harina, amasada con un cuarto de sextario de aceite virgen. (Números 28, 5)

  • «El día de sábado, dos corderos de un año, sin tacha, y como oblación dos décimas de flor de harina amasada con aceite, y su correspondiente libación. (Números 28, 9)

  • Como oblación tres décimas de flor de harina amasada con aceite por cada novillo; dos décimas de flor de harina amasada con aceite, como oblación por el carnero; (Números 28, 12)

  • una décima de flor de harina amasada con aceite, por cada cordero. Es un holocausto de calmante aroma, manjar abrasado para Yahveh. (Números 28, 13)

  • La oblación correspondiente de flor de harina amasada con aceite será de tres décimas por novillo, dos décimas por el carnero, (Números 28, 20)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina