Encontrados 362 resultados para: Agua

  • ¿Acaso la fuente mana por el mismo caño agua dulce y amarga? (Santiago 3, 11)

  • ¿Acaso, hermanos míos, puede la higuera producir aceitunas y la vid higos? Tampoco el agua salada puede producir agua dulce. (Santiago 3, 12)

  • en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el Arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvados a través del agua; (I Pedro 3, 20)

  • Porque ignoran intencionadamente que hace tiempo existieron unos cielos y también una tierra surgida del agua y establecida entre las aguas por la Palabra de Dios, (II Pedro 3, 5)

  • Este es el que vino por el agua y por la sangre: Jesucristo; no solamente en el agua, sino en el agua y en la sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la Verdad. (I Juan 5, 6)

  • el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo. (I Juan 5, 8)

  • Estos son una mancha cuando banquetean desvergonzadamente en vuestros ágapes y se apacientan a sí mismos; son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz; (Judas 1, 12)

  • Tocó el tercer Angel... Entonces cayó del cielo una estrella grande, ardiendo como una antorcha. Cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las manantiales de agua. (Apocalipsis 8, 10)

  • Entonces el Dragón vomitó de sus fauces como un río de agua, detrás de la Mujer, para arrastrarla con su corriente. (Apocalipsis 12, 15)

  • Decía con fuerte voz: «Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su Juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua.» (Apocalipsis 14, 7)

  • El tercero derramó su copa sobre los ríos y sobre los manantiales de agua; y se convirtieron en sangre. (Apocalipsis 16, 4)

  • Me dijo también: «Hecho está: yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin; al que tenga sed, yo le daré del manantial del agua de la vida gratis. (Apocalipsis 21, 6)


Jesus lhe quer bem, da maneira que só Ele sabe amar.” São Padre Pio de Pietrelcina