Encontrados 53 resultados para: Antíoco

  • Antíoco puso cerco a Dora con los 120.000 combatientes y los 8.000 jinetes que consigo tenía. (I Macabeos 15, 13)

  • El rey Antíoco, pues, tenía puesto cerco a Dora en los arrabales, lanzaba sin tregua sus tropas contra la ciudad y construía ingenios de guerra. Tenía bloqueado a Trifón y nadie podía entrar ni salir. (I Macabeos 15, 25)

  • Antíoco, y con él sus amigos, llegaron a aquel lugar como tratando de desposarse con la diosa, con objeto de apoderarse, a título de dote, de abundantes riquezas. (II Macabeos 1, 14)

  • Una vez que los sacerdotes del templo de Nanea las hubieron expuesto y que él se hubo presentado con unas pocas personas en el recinto sagrado, cerraron el templo en cuanto entró Antíoco. (II Macabeos 1, 15)

  • las guerras contra Antíoco Epífanes y su hijo Eupátor, (II Macabeos 2, 20)

  • Cuando Seleuco dejó esta vida y Antíoco, por sobrenombre Epífanes, comenzó a reinar, Jasón, el hermano de Onías, usurpó el sumo pontificado, (II Macabeos 4, 7)

  • Apolonio, hijo de Menesteo, fue enviado a Egipto para la boda del rey Filométor. Cuando supo Antíoco que aquél se había convertido en su adversario político se preocupó de su propia seguridad; por eso, pasando por Joppe, se presentó en Jerusalén. (II Macabeos 4, 21)

  • Antíoco, hondamente estristecido y movido a compasión, lloró recordando la prudencia y la gran moderación del difunto. (II Macabeos 4, 37)

  • Por esta época preparaba Antíoco la segunda expedición a Egipto. (II Macabeos 5, 1)

  • Al difundirse el falso rumor de que Antíoco había dejado esta vida, Jasón, con no menos de mil hombres, lanzó un ataque imprevisto contra la ciudad; al ser rechazados los que estaban en la muralla y capturada ya por fin la ciudad, Menelao se refugió en la Acrópolis. (II Macabeos 5, 5)

  • Antíoco, no contento con esto, se atrevió a penetrar en el Templo más santo de toda la tierra, llevando como guía a Menelao, el traidor a las leyes y a la patria. (II Macabeos 5, 15)

  • Antíoco estaba engreído en su pensamiento, sin considerar que el Soberano estaba irritado por poco tiempo a causa de los pecados de los habitantes de la ciudad y por eso desviaba su mirada del Lugar. (II Macabeos 5, 17)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina