Encontrados 546 resultados para: Bel
y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos. (Lucas 7, 44)
desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. (Lucas 11, 51)
Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos. (Lucas 12, 7)
hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies. (Lucas 20, 43)
Como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo: (Lucas 21, 5)
Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. (Lucas 21, 18)
¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?» (Juan 7, 42)
María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con sus cabellos; su hermano Lázaro era el enfermo. (Juan 11, 2)
Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. (Juan 12, 3)
hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies. (Hechos 2, 35)
El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies. Dice el Señor: ¿Qué Casa me edificaréis? O ¿cuál será el lugar de mi descanso? (Hechos 7, 49)
Por eso os aconsejo que toméis alimento, pues os conviene para vuestra propia salvación; que ninguno de vosotros perderá ni un solo cabello de su cabeza.» (Hechos 27, 34)