Encontrados 37 resultados para: Cabrío

  • El hombre encargado de soltar el macho cabrío para Azazel lavará sus vestidos y bañará su cuerpo en agua; después de esto podrá entrar en el campamento. (Levítico 16, 26)

  • Del novillo del sacrificio por el pecado y del macho cabrío inmolado por el pecado, cuya sangre fue introducida en el santuario para hacer expiación, serán sacados fuera del campamento y quemados con fuego sus pieles, su carne y sus excrementos. (Levítico 16, 27)

  • Ofreceréis también un macho cabrío como sacrificio por el pecado, y dos corderos de un año como sacrificio de comunión. (Levítico 23, 19)

  • en el caso de que la inadvertencia se haya cometido por descuido de la comunidad, toda la comunidad ofrecerá un novillo en holocausto, como calmante aroma para Yahveh, con su correspondiente oblación y libación según costumbre, y un macho cabrío en sacrificio por el pecado. (Números 15, 24)

  • Ofrecerás también a Yahveh, como sacrificio por el pecado, un macho cabrío con su libación, además del holocausto perpetuo. (Números 28, 15)

  • y un macho cabrío como sacrificio por el pecado, para expiar por vosotros. (Números 28, 22)

  • y un macho cabrío como sacrificio por el pecado para hacer expiación por vosotros. (Números 28, 30)

  • y un macho cabrío como sacrificio por el pecado, para hacer la expiación por vosotros. (Números 29, 5)

  • y un macho cabrío, como sacrificio por el pecado de la fiesta de la Expiación, del holocausto perpetuo, de su oblación y sus libaciones. (Números 29, 11)

  • y un macho cabrío como sacrificio por el pecado; además del holocausto perpetuo, de su oblación y su libación. (Números 29, 16)

  • y un macho cabrío, como sacrificio por el pecado; además del holocausto perpetuo, de su oblación y sus libaciones. (Números 29, 19)

  • y un macho cabrío como sacrificio por el pecado; además del holocausto perpetuo, de su oblación y su libación. (Números 29, 22)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina