Encontrados 324 resultados para: Cielos

  • pues la ira de Yahveh se encendería contra vosotros y cerraría los cielos, no habría más lluvia, el suelo no daría su fruto y vosotros pereceríais bien pronto en esa tierra buena que Yahveh os da. (Deuteronomio 11, 17)

  • que vaya a servir a otros dioses y se postre ante ellos, o ante el sol, la luna, o todo el ejército de los cielos, cosa que yo no he mandado, (Deuteronomio 17, 3)

  • Por eso, cuando Yahveh tu Dios te haya asentado al abrigo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia para que la poseas, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo de los cielos. ¡No lo olvides! (Deuteronomio 25, 19)

  • Desde la morada de tu santidad, desde lo alto de los cielos, contempla y bendice a tu pueblo Israel, así como al suelo que nos has dado como habías jurado a nuestros padres, tierra que mana leche y miel.» (Deuteronomio 26, 15)

  • Yahveh abrirá para ti los cielos, su rico tesoro, para dar a su tiempo la lluvia necesaria a tu tierra y para bendicir todas tus obras. Prestarás a naciones numerosas, y tú no tendrás que tomar prestado. (Deuteronomio 28, 12)

  • Los cielos de encima de tu cabeza serán de bronce, y la tierra de debajo de ti será de hierro. (Deuteronomio 28, 23)

  • Yahveh no se avendrá a perdonarle. Porque la ira y el celo de Yahveh se encenderán contra ese hombre, toda la imprecación escrita en este libro caerá sobre él, y Yahveh borrará su nombre de debajo de los cielos. (Deuteronomio 29, 19)

  • Aunque tus desterrados estén en el extremo de los cielos, de allí mismo te recogerá Yahveh tu Dios y vendrá a buscarte; (Deuteronomio 30, 4)

  • Prestad oído, cielos, que hablo yo, escuche la tierra las palabras de mi boca. (Deuteronomio 32, 1)

  • ¡Cielos, exultad con él, y adórenle los hijos de Dios! ¡Exultad, naciones, con su pueblo, y todos los mensajeros de Dios narren su fuerza! Porque él vengará la sangre de sus siervos, tomará venganza de sus adversarios, dará su pago a quienes le aborrecen y purificará el suelo de su pueblo. (Deuteronomio 32, 43)

  • Para José dijo: Su tierra es bendita de Yahveh; para él lo mejor de los cielos: el rocío, y del abismo que reposa abajo; (Deuteronomio 33, 13)

  • Nadie como el Dios de Yesurún. que cabalga los cielos en tu auxilio, y las nubes, en su majestad. (Deuteronomio 33, 26)


“Proponha-se a exercitar-se nas virtudes”. São Padre Pio de Pietrelcina