Encontrados 6100 resultados para: Dios está con nosotros

  • Dios asistió al chico, que se hizo mayor y vivía en el desierto, y llegó a ser gran arquero. (Génesis 21, 20)

  • Sucedió por aquel tiempo que Abimélek, junto con Pikol, capitán de su tropa, dijo a Abraham: «Dios está contigo en todo lo que haces. (Génesis 21, 22)

  • Ahora, pues, júrame por Dios aquí mismo sin mentir, y tanto a mí como a mis hijos y a mis nietos, que la misma benevolencia que he tenido para contigo, la tendrás tú para conmigo y con el país donde te hemos recibido como huésped.» (Génesis 21, 23)

  • Abraham plantó un tamarisco en Berseba en invocó allí el nombre de Yahveh, Dios eterno. Abraham estuvo residiendo en el país de los filisteos muchos años. (Génesis 21, 33)

  • Después de estas cosas sucedió que Dios tentó a Abraham y le dijo: «¡Abraham, Abraham!» El respondió: «Heme aquí.» (Génesis 22, 1)

  • Levantóse, pues, Abraham de madrugada, aparejó su asno y tomó consigo a dos mozos y a su hijo Isaac. Partió la leña del holocausto y se puso en marcha hacia el lugar que le había dicho Dios. (Génesis 22, 3)

  • Dijo Isaac a su padre Abraham: «¡Padre!» Respondió: «¿qué hay, hijo?» - «Aquí está el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?» (Génesis 22, 7)

  • Dijo Abraham: «Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.» Y siguieron andando los dos juntos. (Génesis 22, 8)

  • Llegados al lugar que le había dicho Dios, construyó allí Abraham el altar, y dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la leña. (Génesis 22, 9)

  • Dijo el Angel: «No alargues tu mano contra el niño, ni le hagas nada, que ahora ya sé que tú eres temeroso de Dios, ya que no me has negado tu hijo, tu único.» (Génesis 22, 12)

  • «A ver si nos entendemos, señor; tú eres un príncipe divino entre nosotros. En el mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro, para que entierres a tu muerta.» (Génesis 23, 6)

  • para que me dé la cueva de la Makpelá que es suya y que está al borde de su finca. Que me la dé por lo que valga en propiedad sepulcral entre vosotros.» (Génesis 23, 9)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina