Encontrados 112 resultados para: Entregó

  • y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!» Y diole Abram el diezmo de todo. (Génesis 14, 20)

  • Abraham, por su parte, acudió a la vacada y apartó un becerro tierno y hermoso, y se lo entregó al mozo, el cual se apresuró a aderezarlo. (Génesis 18, 7)

  • Y todo el pueblo se quitó los pendientes de oro que llevaba en las orejas, y los entregó a Aarón. (Exodo 32, 3)

  • Entregó todo esto en manos de Aarón y en manos de sus hijos haciéndolo mecer como ofrenda mecida ante Yahveh. (Levítico 8, 27)

  • Si el pueblo de la tierra cierra los ojos ante ese hombre que entregó uno de sus hijos a Mólek, y no le da muerte, (Levítico 20, 4)

  • Y entregó Moisés la plata del rescate a Aarón y a sus hijos, según la orden de Yahveh, como había mandado Yahveh a Moisés. (Números 3, 51)

  • Oyó Yahveh la voz de Israel y les entregó aquel cananeo. Los consagraron al anatema a ellos y a sus ciudades. Por eso se llamó aquel lugar Jormá. (Números 21, 3)

  • Yahveh nuestro Dios nos lo entregó y le derrotamos a él, a sus hijos y a todo su pueblo. (Deuteronomio 2, 33)

  • Desde Aroer, al borde del valle del Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad inaccesible para nosotros; Yahveh nuestro Dios nos las entregó todas. (Deuteronomio 2, 36)

  • Yahveh nuestro Dios entregó en nuestras manos también a Og, rey de Basán, con todo su pueblo. Le batimos hasta no dejarle ni un superviviente. (Deuteronomio 3, 3)

  • Estas palabras dijo Yahveh a toda vuestra asamblea, en la montaña, de en medio del fuego, la nube y la densa niebla, con voz potente, y nada más añadió. Luego las escribió en dos tablas de piedra y me las entregó a mí. (Deuteronomio 5, 22)

  • El escribió en las tablas lo mismo que había escrito antes, las diez Palabras que Yahveh había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día de la Asamblea. Y Yahveh me las entregó. (Deuteronomio 10, 4)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina