Encontrados 453 resultados para: Gloria

  • También te concedo lo que no has pedido, riquezas y gloria, como no tuvo nadie entre los reyes. (I Reyes 3, 13)

  • Y los sacerdotes no pudieron continuar en el servicio a causa de la nube, porque la gloria de Yahveh llenaba la Casa de Yahveh. (I Reyes 8, 11)

  • Contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas. (I Crónicas 16, 24)

  • Gloria y majestad están ante él, fortaleza y alegría en su Morada. (I Crónicas 16, 27)

  • ¡Rendid a Yahveh, familias de los pueblos, rendid a Yahveh gloria y poder! (I Crónicas 16, 28)

  • ¡Rendid a Yahveh la gloria de su Nombre! Traed ofrendas y en sus atrios entrad. ¡Postraos ante Yahveh en esplendor sagrado! (I Crónicas 16, 29)

  • ¿Qué más podrá añadirte David por la gloria que concedes a tu siervo? (I Crónicas 17, 18)

  • Porque David se decía: «Mi hijo Salomón es todavía joven y débil, y la Casa que ha de edificarse para Yahveh debe ser grandiosa sobre toda ponderación, para tener nombre y gloria en todos los países. Así que le haré yo los preparativos.» Hizo David, en efecto, grandes preparativos antes de su muerte. (I Crónicas 22, 5)

  • De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están el poder y la fortaleza, y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia. (I Crónicas 29, 12)

  • Murió en buena vejez, lleno de días, riqueza y gloria; y en su lugar reinó su hijo Salomón. (I Crónicas 29, 28)

  • Respondió Dios a Salomón: «Ya que piensas esto en tu corazón, y no has pedido riquezas ni bienes ni gloria ni la muerte de tus enemigos; ni tampoco has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría e inteligencia para saber juzgar a mi pueblo, del cual te he hecho rey, (II Crónicas 1, 11)

  • por eso te son dadas la sabiduría y el entendimiento, y además te daré riqueza, bienes y gloria como no las tuvieron los reyes que fueron antes de ti, ni las tendrá ninguno de los que vengan después de ti.» (II Crónicas 1, 12)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina