Encontrados 36 resultados para: Jilquías

  • de la de Jilquías: Jasabías; de la de Yedaías: Natanael. (Nehemías 12, 21)

  • Se enteró entonces de ello Judit, hija de Merarí, hijo de Ox, hijo de José, hijo de Oziel, hijo de Elcías, hijo de Ananías, hijo de Gedeón, hijo de Rafaín, hijo de Ajitob, hijo de Elías, hijo de Jilquías, hijo de Eliab, hijo de Natanael, hijo de Salamiel, hijo de Sarasaday, hijo de Israel. (Judit 8, 1)

  • Aquel día llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquías. (Isaías 22, 20)

  • El mayordomo de palacio, Elyaquim, hijo de Jilquías, el secretario Sebná y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, salieron donde él. (Isaías 36, 3)

  • Elyaquim, hijo de Jilquías, mayordomo de palacio, el secretario Sebná y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, fueron donde Ezequías, desgarrados los vestidos, y le relataron las palabras del copero mayor. (Isaías 36, 22)

  • Palabras de Jeremías, hijo de Jilquías, de los sacerdotes de Anatot, en la tierra de Benjamín, (Jeremías 1, 1)

  • por mediación de Elasá, hijo de Safán, y de Guemarías, hijo de Jilquías, a quienes Sedecías, rey de Judá, envió a Babilonia, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia: (Jeremías 29, 3)

  • Este es el texto del libro que Baruc, hijo de Neriyías, hijo de Maaseías, hijo de Sedecías, hijo de Asadías, hijo de Jilquías, escribió en Babilonia, (Baruc 1, 1)

  • y lo enviaron a Jerusalén, al sacerdote Joaquín, hijo de Jilquías, hijo de Salom, a los demás sacerdotes y a todo el pueblo que se encontraba con él en Jerusalén. (Baruc 1, 7)

  • Se había casado con una mujer llamada Susana, hija de Jilquías, que era muy bella y temerosa de Dios; (Daniel 13, 2)

  • Y dijeron en presencia del pueblo: «Mandad a buscar a Susana, hija de Jilquías, la mujer de Joaquín.» Mandaron a buscarla, (Daniel 13, 29)

  • Jilquías y su mujer dieron gracias a Dios por su hija Susana, así como Joaquín su marido y todos sus parientes, por el hecho de que nada indigno se había encontrado en ella. (Daniel 13, 63)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina