Encontrados 139 resultados para: Llegaron

  • Incluso llegaron a hablar bien de Tobías en mi presencia y le repetían mis palabras. Y Tobías mandaba cartas para intimidarme. (Nehemías 6, 19)

  • Llegaron los hijos y tomaron el país, y tú ante ellos aplastaste a los habitantes del país, los cananeos, los pusiste en sus manos, con sus reyes y las gentes del país, para que los trataran a merced de su capricho. (Nehemías 9, 24)

  • Cuando llegaron cerca de Kaserín, que está frente a Nínive, (Tobías 11, 1)

  • Cuando llegaron a Jerusalén, adoraron a Dios, y una vez purificado el pueblo, ofrecieron sus holocaustos, sus ofrendas voluntarias y sus regalos. (Judit 16, 18)

  • Estaban aún hablándole cuando llegaron los eunucos del rey y llevaron a Amán rápidamente al banquete preparado por Ester. (Ester 6, 14)

  • Los enviados del rey, encargados de imponer la apostasía, llegaron a la ciudad de Modín para los sacrificios. (I Macabeos 2, 15)

  • Partieron con todo su ejército, llegaron y acamparon cerca de Emaús, en la Tierra Baja. (I Macabeos 3, 40)

  • Llegaron a Idumea y acamparon en Bet Sur. Judas fue a su encuentro con 10.000 hombres (I Macabeos 4, 29)

  • Estaban todavía leyendo las cartas, cuando otros mensajeros, con los vestidos rasgados, llegaron de Galilea con esta noticia: (I Macabeos 5, 14)

  • Llegaron a Efrón, ciudad importante y muy fuerte, situada en el camino. Necesariamente tenían que pasar por ella, por no haber posibilidad de desviarse ni a la derecha ni a la izquierda. (I Macabeos 5, 46)

  • Le llegaron tropas mercenarias de otros reinos y de la islas del mar. (I Macabeos 6, 29)

  • mientras la caballería se desbandaba por la llanura. En su huida llegaron a Azoto y entraron en Bet Dagón, el templo de su ídolo, para salvarse. (I Macabeos 10, 83)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina