Encontrados 53 resultados para: Luna

  • Aún voy a hablar después de meditar, que estoy colmado como la luna llena. (Eclesiástico 39, 12)

  • También la luna: sale siempre a su hora, para marcar los tiempos, señal eterna. (Eclesiástico 43, 6)

  • De la luna procede la señal de las fiestas, astro que mengua, después del plenilunio. (Eclesiástico 43, 7)

  • Como el lucero del alba en medio de las nubes, como la luna llena, (Eclesiástico 50, 6)

  • Cuando las estrellas del cielo y la constelación de Orión no alumbren ya, esté oscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna, (Isaías 13, 10)

  • Se afrentará la luna llena, se avergonzará el pleno sol, cuando reine Yahveh Sebaot en el monte Sión y en Jerusalén, y esté la Gloria en presencia de sus ancianos. (Isaías 24, 23)

  • Será la luz de la luna como la luz del sol meridiano, y la luz del sol meridiano será siete veces mayor - con luz de siete días - el día que vende Yahveh la herida de su pueblo y cure la contusión de su golpe. (Isaías 30, 26)

  • No será para ti ya nunca más el sol luz del día, ni el resplandor de la luna te alumbrará de noche, sino que tendrás a Yahveh por luz eterna, y a tu Dios por tu hermosura. (Isaías 60, 19)

  • No se pondrá jamás tu sol, ni tu luna menguará, pues Yahveh será para ti luz eterna, y se habrán acabado los días de tu luto. (Isaías 60, 20)

  • Así pues, de luna en luna nueva y de sábado en sábado, vendrá todo el mundo a prosternarse ante mí - dice Yahveh. (Isaías 66, 23)

  • y los dispersarán ante el sol, la luna y todo el ejército celeste a quienes amaron y sirvieron, aquienes siguieron, consultaron y adoraron, para no ser recogidos ni sepultados más: se volverán estiércol sobre la haz de la tierra. (Jeremías 8, 2)

  • Así dice Yahveh, el que da el sol para alumbrar el día, y gobierna la luna y las estrellas para alumbrar la noche, el que agita el mar y hace bramar sus olas, cuyo nombre es Yahveh Sebaot. (Jeremías 31, 35)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina