Encontrados 253 resultados para: Oído

  • Tú has oído todo esto, ¿no vas a admitirlo? Ahora te hago saber cosas nuevas, secretas, no sabidas, (Isaías 48, 6)

  • Ni las oíste ni las hiciste ni de antemano te fue abierto el oído, pues sé muy bien que tú eres pérfido y se te llama rebelde desde el seno materno. (Isaías 48, 8)

  • Todavía te dirán al oído los hijos de que fuiste privada: «El lugar es estrecho para mí, Cédeme sitio para alojarme.» (Isaías 49, 20)

  • El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos; (Isaías 50, 4)

  • el Señor Yahveh me ha abierto el oído. Y yo no me resistí, ni me hice atrás. (Isaías 50, 5)

  • Prestadme oído, seguidores de lo justo, los que buscáis a Yahveh. Reparad en la peña de donde fuisteis tallados, y en la cavidad de pozo de donde fuisteis excavados. (Isaías 51, 1)

  • Prestadme oído, sabedores de lo justo, pueblo consciente de mi ley. No temáis las injurias de los hombres, y de sus ultrajes no os asustéis; (Isaías 51, 7)

  • Aplicad el oído y acudid a mí, oíd y vivirá vuestra alma. Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna: las amorosas y files promesas hechas a David. (Isaías 55, 3)

  • Mirad, no es demasiado corta la mano de Yahveh para salvar, ni es duro su oído para oír, (Isaías 59, 1)

  • - ¡Mis entrañas, mis entrañas!, ¡me duelen las telas del corazón, se me salta el corazón del pecho! No callaré, porque mi alma ha oído sones de cuerno, el clamoreo del combate. (Jeremías 4, 19)

  • - ¿A quiénes que me oigan voy a hablar y avisar? He aquí que su oído es incircunciso y no pueden entender. He aquí que la palabra de Yahveh se les ha vuelto oprobio: no les agrada. (Jeremías 6, 10)

  • Mas ellos no escucharon ni prestaron el oído, sino que procedieron en sus consejos según la pertinacia de su mal corazón, y se pusieron de espaldas, que no de cara; (Jeremías 7, 24)


“Um dia você verá surgir o infalível triunfo da justiça Divina sobre a injustiça humana”. São Padre Pio de Pietrelcina