Encontrados 286 resultados para: Pueblos

  • Cuando yo los haga volver de entre los pueblos y los recoja de los países de sus enemigos, manifestaré en ellos mi santidad a los ojos de numerosas naciones, (Ezequiel 39, 27)

  • El heraldo pregonó con fuerza: «A vosotros, pueblos, naciones y lenguas, se os hace saber: (Daniel 3, 4)

  • Con tal motivo, en cuanto se oyó sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que había erigido el rey Nabucodonosor. (Daniel 3, 7)

  • Y yo promulgo este edicto: Pueblos, naciones y lenguas, todo aquel que hable ligeramente del Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, será cortado en pedazos y su casa será reducida a escombros, porque no hay otro dios que pueda salvar de este modo.» (Daniel 3, 96)

  • Nabucodonosor, Rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas de toda la tierra: ¡Sea grande vuestra paz! (Daniel 3, 98)

  • Y por esta grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban de miedo en su presencia: mataba él a quien quería, dejaba vivir a quien quería, exaltaba a quien quería y a quien quería humillaba. (Daniel 5, 19)

  • Entonces, el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitaban en toda la tierra: «¡Sea grande vuestra paz! (Daniel 6, 26)

  • A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás. (Daniel 7, 14)

  • Efraím se mezcla con los pueblos, Efraím es una torta a la que no se ha dado vuelta. (Oseas 7, 8)

  • No te regocijes, Israel, no jubiles como los pueblos, pues te has prostituido, lejos de tu Dios, y amas ese salario sobre todas las eras de grano. (Oseas 9, 1)

  • Voy a venir a visitarlos, y se aliarán pueblos contra ellos, cuando sean visitados por su doble culpa. (Oseas 10, 10)

  • Ante él se estremecen los pueblos, todos los rostros mudan de color. (Joel 2, 6)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina