Encontrados 87 resultados para: Punto

  • A punto está mi corazón, oh Dios, mi corazón a punto; voy a cantar, voy a salmodiar, (Salmos 57, 8)

  • al punto yo abatiría a sus enemigos, contra sus adversarios mi mano volvería. (Salmos 81, 15)

  • A punto está mi corazón, oh Dios, - voy a cantar, voy a salmodiar - ¡anda, gloria mía! (Salmos 108, 2)

  • Al punto mató también al enviado del rey que obligaba a sacrificar y destruyó el altar. (I Macabeos 2, 25)

  • A punto de celebrar en el veinticinco de Kisléu la purificación del Templo, nos ha parecido conveniente informaros, para que también vosotros la celebréis como la fiesta de las Tiendas y del fuego aparecido cuando ofreció sacrificios Nehemías, el que construyó el Templo y el altar. (II Macabeos 1, 18)

  • A punto ya de celebrar la purificación, os escribimos: Bien haréis también en celebrar estos días. (II Macabeos 2, 16)

  • recuperaron el Templo famoso en todo el mundo, liberaron la ciudad y restablecieron las leyes que estaban a punto de ser abolidas, pues el Señor se mostró propicio hacia ellos con toda benignidad; (II Macabeos 2, 22)

  • profundizar, revolver las cuestiones y examinar punto por punto corresponde al que compone la historia; (II Macabeos 2, 30)

  • hasta el punto de que Seleuco, rey de Asia, proveía con sus propias rentas a todos los gastos necesarios para el servicio de los sacrificios. (II Macabeos 3, 3)

  • y le comunicó que el tesoro de Jerusalén, estaba repleto de riquezas incontables, hasta el punto de ser incalculable la cantidad de dinero, sin equivalencia con los gastos de los sacrificios, y que era posible que cayeran en poder del rey. (II Macabeos 3, 6)

  • De las casas salía en tropel la gente a una rogativa pública porque el lugar estaba a punto de caer en oprobio. (II Macabeos 3, 18)

  • A tal punto llegó la hostilidad, que hasta se cometieron asesinatos por parte de uno de los esbirros de Simón. (II Macabeos 4, 3)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina