Encontrados 94 resultados para: Reina Ester

  • Extendió el rey el cetro de oro y tocó a Ester, que se puso en pie en presencia del rey. (Ester 8, 4)

  • El rey Asuero respondió a la reina Ester y al judío Mardoqueo: «Ya he dado a la reina Ester la hacienda de Amán, a quien he mandado colgar de la horca por haber alzado su mano contra los judíos. (Ester 8, 7)

  • Dijo el rey a la reina Ester: «En la ciudadela de Susa han matado y exterminado los judíos a quinientos hombres y a los diez hijos de Amán. ¿Qué habrán hecho en las restantes provincias del rey? ¿Qué deseas pedir ahora? Pues te será concedido. Se seguirá haciendo lo que tú desees.» (Ester 9, 12)

  • Respondió Ester: «Si al rey le parece bien, que se conceda a los judíos de Susa que puedan actuar mañana según el edicto de hoy; cuanto a los diez hijos de Amán, que sean colgados de la horca.» (Ester 9, 13)

  • La reina Ester, hija de Abijayil, y el judío Mardoqueo, escribieron, con toda su autoridad, para dar fuerza de ley a esta segunda carta de los Purim, (Ester 9, 29)

  • para ratificar en su fecha estos días de los Purim, tal como había sido ordenado por el judío Mardoqueo y la reina Ester, y tal como lo habían establecido para sí mismos y para sus descendientes, añadiendo lo tocante a los ayunos y lamentaciones. (Ester 9, 31)

  • La orden de Ester fijó la institución de estos Purim, siendo consignada en el libro. (Ester 9, 32)

  • ni la pequeña fuente, convertida en río, ni la luz, ni el sol, ni el agua abudante. El río es Ester, a quien el rey hizo esposa y reina. (Ester 10, 6)

  • Por su parte, la reina Ester se refugió en el Señor, presa de mortal angustia. (Ester 14, 1)

  • Al tercer día, y una vez acabada su oración, se despojó de sus vestidos de orante y se revistió de reina. (Ester 15, 4)

  • Alzando su rostro, resplandeciente de gloria, lanzó una mirada tan colmada de ira que la reina se desvaneció; perdió el color y apoyó la cabeza sobre la sierva que la precedía. (Ester 15, 10)

  • diciendo: «¿Qué ocurre, Ester? Yo soy tu hermano, ten confianza. (Ester 15, 12)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina