Encontrados 116 resultados para: Sábado

  • Pero si no me oyereis en cuanto a santificar el sábado y no llevar carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en sábado, entonces prenderé fuego a sus puertas, que consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará. (Jeremías 17, 27)

  • Así dice el Señor Yahveh: El pórtico del atrio interior que mira a oriente estará cerrado los seis días laborables. El sábado se le abrirá, así como el día del novilunio; (Ezequiel 46, 1)

  • El holocausto que el príncipe ofrecerá a Yahveh el sábado, será de seis corderos sin defecto y de un carnero sin defecto; (Ezequiel 46, 4)

  • Cuando el príncipe ofrezca un holocausto voluntario o un sacrificio de comunión voluntario a Yahveh, se le abrirá el pórtico que mira a oriente, ofrecerá su holocausto y su sacrificio de comunión, de la misma manera que el día de sábado, saldrá luego, y el pórtico se cerrará en cuanto haya salido. (Ezequiel 46, 12)

  • diciendo: «¿Cuándo pasará el novilunio para poder vender el grano, y el sábado para dar salida al trigo, para achicar la medida y aumentar el peso, falsificando balanzas de fraude, (Amós 8, 5)

  • En aquel tiempo cruzaba Jesús un sábado por los sembrados. Y sus discípulos sintieron hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerlas. (Mateo 12, 1)

  • Al verlo los fariseos, le dijeron: «Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado.» (Mateo 12, 2)

  • ¿Tampoco habéis leído en la Ley que en día de sábado los sacerdotes, en el Templo, quebrantan el sábado sin incurrir en culpa? (Mateo 12, 5)

  • Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.» (Mateo 12, 8)

  • Había allí un hombre que tenía una mano seca. Y le preguntaron si era lícito curar en sábado, para poder acusarle. (Mateo 12, 10)

  • El les dijo: «¿Quién de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta cae en un hoyo en sábado, no la agarra y la saca? (Mateo 12, 11)

  • Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en sábado.» (Mateo 12, 12)


“Que Jesus o mergulhe no esplendor da Sua imortal juventude.” São Padre Pio de Pietrelcina