Encontrados 83 resultados para: Sitio

  • Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de Yahveh a su sitio, al Debir de la Casa, en el Santo de los Santos, bajo las alas de los querubines, (I Reyes 8, 6)

  • porque los querubines extendían las alas por encima del sitio del arca, cubriendo los querubines el arca y su varales por encima. (I Reyes 8, 7)

  • Omrí y todo Israel con él subieron de Guibbetón y pusieron sitió a Tirsá. (I Reyes 16, 17)

  • Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Tenía consigo 32 reyes, caballos y carros. Subió y puso sitio a Samaría y la atacó. (I Reyes 20, 1)

  • El hombre de Dios dijo: «¿Dónde ha caído?» Y le mostró el sitio. Entonces cortó un trozo de madera y lo arrojó allí, y sacó el hierro a flote. (II Reyes 6, 6)

  • Sucedió después de esto que Ben Hadad, rey de Aram, reunió todas sus tropas y subió y puso sitio a Samaría. (II Reyes 6, 24)

  • A la vuelta del año, al tiempo que los reyes salen a campaña, llevó Joab el grueso del ejército y asoló el país de los ammonitas; después fue a poner sitio a Rabbá. Mientras, David se quedó en Jerusalén. Entretanto Joab derrotó a Rabbá y la destruyó. (I Crónicas 20, 1)

  • Dijo David a Ornán: «Dame el sitio de esta era para erigir en él un altar a Yahveh - dámelo por su justo valor en plata - para que la plaga se retire del pueblo.» (I Crónicas 21, 22)

  • Y David dio a Ornán por el sitio la suma de seiscientos siclos de oro. (I Crónicas 21, 25)

  • Vino contra él Teglatfalasar, rey de Asiria; y le puso sitio, pero no le dominó. (II Crónicas 28, 20)

  • Cuando ocuparon su sitio los levitas con los instrumentos de David, y los sacerdotes con las trompetas, (II Crónicas 29, 26)

  • Después de todas estas pruebas de fidelidad, vino Senaquerib, rey de Asiria, invadió Judá, puso sitio a las ciudades fortificadas y mandó forzar las murallas. (II Crónicas 32, 1)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina