Encontrados 412 resultados para: batalla por el poder

  • Y cuando oigas el ruido de pasos en la copa de las balsameras, saldrás a la batalla, porque Dios sale delante de ti para derrotar el campamento de los filisteos.» (I Crónicas 14, 15)

  • ¡Rendid a Yahveh, familias de los pueblos, rendid a Yahveh gloria y poder! (I Crónicas 16, 28)

  • Salieron a campaña los ammonitas y se ordenaron en batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los reyes que habían venido estaban aparte en el campo. (I Crónicas 19, 9)

  • Puso el resto del ejército al mando de su hermano Abisay y lo ordenó en batalla frente a los ammonitas. (I Crónicas 19, 11)

  • Se dio aviso a David, que reuniendo a todo Israel pasó el Jordán, llegó donde ellos estaban y tomó posiciones frente a ellos. Se puso David en orden de batalla contra los arameos y éstos trabaron combate con él. (I Crónicas 19, 17)

  • Después de esto, tuvo lugar una batalla en Guézer contra los filisteos; entonces Sibbekay, jusatita, mató a Sippay, uno de los descendientes de Rafá. Los filisteos fueron sometidos. (I Crónicas 20, 4)

  • De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están el poder y la fortaleza, y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia. (I Crónicas 29, 12)

  • Abías entró en combate con un ejército de valientes guerreros: 400.000 hombres escogidos; Jeroboam se ordenó en batalla contra él con 800.000 guerreros escogidos y valerosos. (II Crónicas 13, 3)

  • Salió Asá contra él y se pusieron en orden de batalla en el valle de Sefatá, junto a Maresá. (II Crónicas 14, 9)

  • Dijo Ajab, rey de Israel, a Josafat, rey de Judá: «¿Quieres venir conmigo a Ramot de Galaad?» Le contestó: «Yo soy como tú, y tu pueblo como mi pueblo; contigo estaremos en la batalla.» (II Crónicas 18, 3)

  • El rey de Israel dijo a Josafat: «Yo voy a disfrazarme para entrar en combate, mientras que tú te pondrás tus vestidos.» El rey de Israel se disfrazó, y así entraron en la batalla. (II Crónicas 18, 29)

  • Entonces un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre las placas de la coraza; el rey dijo al auriga: «Da la vuelta y sácame de la batalla, porque me siento mal.» (II Crónicas 18, 33)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina