Encontrados 234 resultados para: buen juicio

  • Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. (II Corintios 5, 8)

  • En efecto, si hemos perdido el juicio, ha sido por Dios; y si somos sensatos, lo es por vosotros. (II Corintios 5, 13)

  • de forma que rogamos a Tito llevara a buen término entre vosotros esta generosidad, tal como la había comenzado. (II Corintios 8, 6)

  • Nos acaba de llegar de ahí Timoteo y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y vuestra caridad; y dice que conserváis siempre buen recuerdo de nosotros y que deseáis vernos, así como nosotros a vosotros. (I Tesalonicenses 3, 6)

  • Esto es señal del justo juicio de Dios, en el que seréis declarados dignos del Reino de Dios, por cuya causa padecéis. (II Tesalonicenses 1, 5)

  • Esta es la recomendación, hijo mío Timoteo, que yo te hago, de acuerdo con las profecías pronunciadas sobre ti anteriormente. Combate, penetrado de ellas, el buen combate, (I Timoteo 1, 18)

  • Su tú enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de Cristo Jesús, alimentado con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido fielmente. (I Timoteo 4, 6)

  • Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste aquella solemne profesión delante de muchos testigos. (I Timoteo 6, 12)

  • Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros. (II Timoteo 1, 14)

  • Soporta las fatigas conmigo, como un buen soldado de Cristo Jesús. (II Timoteo 2, 3)

  • y volver al buen sentido, librándose de los lazos del Diablo que los tiene cautivos, rendidos a su voluntad. (II Timoteo 2, 26)

  • de la instrucción sobre los bautismos y de la imposición de las manos; de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. (Hebreos 6, 2)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina