Encontrados 208 resultados para: cólera

  • No te incluyas en el grupo de los pecadores, recuerda que la Cólera no se hará esperar. (Eclesiástico 7, 16)

  • En la reunión de los pecadores prende el fuego, contra la nación rebelde se inflama la Cólera. (Eclesiástico 16, 6)

  • Contra gente impía voy a guiarlo, contra el pueblo de mi cólera voy a mandarlo, a saquear saqueo y pillar pillaje, y hacer que lo pateen como el lodo de las calles. (Isaías 10, 6)

  • que ira tiene Yahveh contra todas las naciones, y cólera contra todas sus mesnadas. Las ha anatematizado, las ha entregado a la matanza. (Isaías 34, 2)

  • Por amor de mi nombre retardé mi cólera, a causa de mi alabanza me contuve para no arrancarte. (Isaías 48, 9)

  • Hijos de extranjeros construirán tus muros, y sus reyes se pondrán a tu servicio, porque en mi cólera te herí, pero en mi benevolencia he tenido compasión de ti. (Isaías 60, 10)

  • Pues he aquí que Yahveh en fuego viene y como torbellino son sus carros, para desfogar su cólera con ira y su amenaza con llamas de fuego. (Isaías 66, 15)

  • Córtate tus guedejas y tíralas, y entona por los calveros una elegía; que Yahveh ha desechado y repudiado a la generación objeto de su cólera. (Jeremías 7, 29)

  • Vierte tu cólera sobre las naciones que te desconocen, y sobre los linajes que no invocan tu Nombre. Porque han devorado a Jacob hasta consumirle, lo han devorado y su mansión han desolado. (Jeremías 10, 25)

  • ¿Es que se paga mal por bien? (Porque han cavado una hoya para mi persona.) Recuerda cuando yo me ponía en tu presencia para hablar en bien de ellos, para apartar tu cólera de ellos. (Jeremías 18, 20)

  • Yo voy a batirme contra vosotros con mano fuerte y tenso brazo, con ira, con cólera y con encono grande. (Jeremías 21, 5)

  • casa de David! Así dice Yahveh: Haced justicia cada mañana, y salvad al oprimido de mano del opresor, so pena de que brote como fuego mi cólera, y arda y no haya quien apague, a causa de vuestras malas acciones. (Jeremías 21, 12)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina