Encontrados 231 resultados para: columnas del templo

  • como el sol que brilla sobre el Templo del Altísimo, como el arco iris que ilumina las nubes de gloria, (Eclesiástico 50, 7)

  • a la puerta delante del templo la pedí, y hasta mi último día la andaré buscando. (Eclesiástico 51, 14)

  • El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo. (Isaías 6, 1)

  • ¡Ulula, puerta! ¡grita, ciudad! ¡derrítete, Filistea toda, que del norte una humareda viene, y nadie deserta en sus columnas! (Isaías 14, 31)

  • Y sucedió que estando él postrado en el templo de su dios Nisrok, sus hijos Adrammélek y Saréser le mataron a espada y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Su hijo Asarjaddón reinó en su lugar. (Isaías 37, 38)

  • El escultor tallista toma la medida, hace un diseño con el lápiz, trabaja con la gubia, diseña a compás de puntos y le da figura varonil y belleza humana, para que habite en un templo. (Isaías 44, 13)

  • Voz estruendosa viene de la ciudad, voz del Templo: la voz de Yahveh que paga el merecido a sus enemigos. (Isaías 66, 6)

  • No fiéis en palabras engañosas diciendo: «¡Templo de Yahveh, Templo de Yahveh, Templo de Yahveh es éste!» (Jeremías 7, 4)

  • Hízome ver Yahveh, y he aquí que había un par de cestos de higos presentados delante del Templo de Yahveh - esto era después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, hubo deportado de Jerusalén al rey de Judá, Jeconías, hijo de Yoyaquim, a los principales de Judá y a los herreros y cerrajeros de Jerusalén, y los llevó a Babilonia -. (Jeremías 24, 1)

  • Porque así dice Yahveh Sebaot de las columnas, del Mar, de las basas y de los demás objetos que quedaron en esta ciudad, (Jeremías 27, 19)

  • Los caldeos rompieron las columnas de bronce que había en la Casa de Yahveh, las basas, el Mar de bronce de la Casa de Yahveh, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. (Jeremías 52, 17)

  • Cuanto a las dos columnas, el Mar, los doce bueyes de bronce que estaban bajo el Mar y las basas que Salomón había hecho para la Casa de Yahveh, no se pudo calcular el peso de bronce de todos aquellos objetos. (Jeremías 52, 20)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina