Encontrados 231 resultados para: columnas del templo

  • Así dice Yahveh Sebaot: Reafírmense vuestras manos, vosotros que oís en estos días esas palabras de la boca de los profetas, desde el día en que se echaron los cimientos de la Casa de Yahveh Sebaot, para la reconstrucción del Templo. (Zacarías 8, 9)

  • He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Yahveh Sebaot. (Malaquías 3, 1)

  • Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, (Mateo 4, 5)

  • ¿Tampoco habéis leído en la Ley que en día de sábado los sacerdotes, en el Templo, quebrantan el sábado sin incurrir en culpa? (Mateo 12, 5)

  • Pues yo os digo que hay aquí algo mayor que el Templo. (Mateo 12, 6)

  • Entró Jesús en el Templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas. (Mateo 21, 12)

  • También en el Templo se acercaron a él algunos ciegos y cojos, y los curó. (Mateo 21, 14)

  • Mas los sumos sacerdotes y los escribas, al ver los milagros que había hecho y a los niños que gritaban en el Templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron (Mateo 21, 15)

  • Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?» (Mateo 21, 23)

  • Salió Jesús del Templo y, cuando se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones del Templo. (Mateo 24, 1)

  • En aquel momento dijo Jesús a la gente: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no me detuvisteis. (Mateo 26, 55)

  • Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania. (Marcos 11, 11)


“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina