Encontrados 176 resultados para: conversión de Pablo

  • Al amanecer, los judíos se confabularon y se comprometieron bajo anatema a no comer ni beber hasta que hubieran matado a Pablo. (Hechos 23, 12)

  • Estos, pues, se presentaron a los sumos sacerdotes y a los ancianos y le dijeron: «Bajo anatema nos hemos comprometido a no probar cosa alguna hasta que no hayamos dado muerte a Pablo. (Hechos 23, 14)

  • El hijo de la hermana de Pablo se enteró de la celada. Se presentó en el cuartel, entró y se lo contó a Pablo. (Hechos 23, 16)

  • Pablo llamó a uno de los centuriones y le dijo: «Lleva a este joven donde el tribuno, pues tiene algo que contarle.» (Hechos 23, 17)

  • El tomó y le presentó al tribuno diciéndole: «Pablo, el preso, me llamó y me rogó que te trajese este joven que tiene algo que decirte.» (Hechos 23, 18)

  • - «Los judíos, contestó, se han concertado para pedirte que mañana bajes a Pablo al Sanedrín con el pretexto de hacer una indagación más a fondo sobre él. (Hechos 23, 20)

  • Preparad también cabalgaduras para que monte Pablo; y llevadlo a salvo al procurador Félix.» (Hechos 23, 24)

  • Los soldados, conforme a lo que se les había ordenado, tomaron a Pablo y lo condujeron de noche a Antipátrida; (Hechos 23, 31)

  • Al llegar aquéllos a Cesarea, entregaron la carta al procurador y le presentaron también a Pablo. (Hechos 23, 33)

  • Cinco días después bajó el Sumo Sacerdote Ananías con algunos ancianos y un tal Tértulo, abogado, y presentaron ante el procurador acusación contra Pablo. (Hechos 24, 1)

  • Citado Pablo, Tértulo dio principio a la acusación diciendo: «Gracias a ti gozamos de mucha paz y las mejoras realizadas por tu providencia en beneficio de esta nación, (Hechos 24, 2)

  • Entonces el procurador concedió la palabra a Pablo y éste respondió: «Yo sé que desde hace muchos años vienes juzgando a esta nación; por eso con toda confianza voy a exponer mi defensa. (Hechos 24, 10)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina