Encontrados 202 resultados para: dedicación del templo

  • Los principales hicieron la ofrenda de la dedicación del altar, el día en que fue ungido. Hicieron los principales su ofrenda delante del altar. (Números 7, 10)

  • Y dijo Yahveh a Moisés: «Que ofrezca un principal cada día su ofrenda por la dedicación del altar.» (Números 7, 11)

  • Esta fue la ofrenda de los principales de Israel en la dedicación del altar, el día en que fue ungido: doce fuentes de plata, doce acetres de plata y doce navetas de oro. (Números 7, 84)

  • El total del ganado para los sacrificios de comunión: veinticuatro novillos, sesenta carneros, sesenta machos cabríos y sesenta corderos de un año. Esas fueron las ofrendas de la dedicación del altar, una vez que fue ungido. (Números 7, 88)

  • Le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal Berit, con los que Abimélek contrató a hombres miserables, y vagabundos, que se fueron con él. (Jueces 9, 4)

  • Salieron éstos al campo a vendimiar sus viñas, pisaron las uvas, hicieron fiesta y entraron en el templo de su dios. Comieron y bebieron y maldijeron a Abimélek. (Jueces 9, 27)

  • Al saberlo los vecinos de Migdal Siquem se metieron en la cripta del templo de El Berit. (Jueces 9, 46)

  • Así sucedía año tras año; cuando subían al templo de Yahveh la mortificaba. Ana lloraba de continuo y no quería comer. (I Samuel 1, 7)

  • Tomaron los filisteos el arca de Dios, la introdujeron en el templo de Dagón y la colocaron al lado de Dagón. (I Samuel 5, 2)

  • A la mañana siguiente vinieron los asdodeos al templo de Dagón y he aquí que Dagón estaba caído de bruces en tierra, delante del arca de Yahveh. Levantaron a Dagón y le volvieron a su sitio. (I Samuel 5, 3)

  • Por eso los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod hasta el día de hoy. (I Samuel 5, 5)

  • Depositaron sus armas en el templo de Astarté y colgaron su cuerpo de los muros de Bet San. (I Samuel 31, 10)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina