Encontrados 902 resultados para: espada del Espíritu
Eso es lo que nos ha consolado. Y mucho más que por este consuelo, nos hemos alegrado por el gozo de Tito, cuyo espíritu fue tranquilizado por todos vosotros. (II Corintios 7, 13)
Pues, cualquiera que se presenta predicando otro Jesús del que os prediqué, y os proponga recibir un Espíritu diferente del que recibisteis, y un Evangelio diferente del que abrazasteis ¡lo toleráis tan bien! (II Corintios 11, 4)
Invité a Tito y mandé con él al hermano. ¿Os ha explotado acaso Tito? ¿No hemos obrado según el mismo espíritu? ¿No hemos seguido las mismas huellas? (II Corintios 12, 18)
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. (II Corintios 13, 13)
Quiero saber de vosotros una sola cosa: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por la fe en la predicación? (Gálatas 3, 2)
¿Tan insensatos sois? Comenzando por espíritu, ¿termináis ahora en carne? (Gálatas 3, 3)
El que os otorga, pues, el Espíritu y obra milagros entre vosotros, ¿lo hace porque observáis la ley o porque tenéis fe en la predicación? (Gálatas 3, 5)
a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa. (Gálatas 3, 14)
La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! (Gálatas 4, 6)
Pero, así como entonces el nacido según la naturaleza perseguía al nacido según el espíritu, así también ahora. (Gálatas 4, 29)
Pues a nosotros nos mueve el Espíritu a aguardar por la fe los bienes esperados por la justicia. (Gálatas 5, 5)
Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne. (Gálatas 5, 16)