Encontrados 49 resultados para: horno

  • Entonces los tres, a coro, se pusieron a cantar, glorificando y bendiciendo a Dios dentro del horno, y diciendo: (Daniel 3, 51)

  • Ananías, Azarías, Misael, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente. Porque él nos ha arrancado del infierno, nos ha salvado de la mano del la muerte, nos ha sacado del horno de llama abrasadora, nos ha rescatado de en medio de la llama. (Daniel 3, 88)

  • Y Nabucodonosor se acercó a la boca del horno de fuego ardiente y dijo: «Sadrak, Mesak y Abed Negó, servidores del Dios Altísimo, salid y venid aquí.» Entonces Sadrak, Mesak y Abed Negó salieron de en medio del fuego. (Daniel 3, 93)

  • Todos ellos, adúlteros, son como un horno ardiente, que el panadero deja de atizar desde que amasa la pasta hasta que fermenta. (Oseas 7, 4)

  • Cuando acechan, su corazón es como un horno en sus intrigas: toda la noche duerme el panadero, y a la mañana él quema con fuego llameante. (Oseas 7, 6)

  • Todos están calientes como un horno, y devoran a sus propios jueces. Todos sus reyes han caído, y ninguno entre ellos clama a mí. (Oseas 7, 7)

  • Pues he aquí que viene el Día, abrasador como un horno; todos los arrogantes y los que cometen impiedad serán como paja; y los consumirá el Día que viene, dice Yahveh Sebaot, hasta no dejarles raíz ni rama. (Malaquías 3, 19)

  • Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? (Mateo 6, 30)

  • y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. (Mateo 13, 42)

  • y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. (Mateo 13, 50)

  • Pues si a la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno, Dios así la viste ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe! (Lucas 12, 28)

  • sus pies parecían de metal precioso acrisolado en el horno; su voz como voz de grandes aguas. (Apocalipsis 1, 15)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina