Encontrados 262 resultados para: lista de siervos del rey
dijo: «Yahveh, Dios de Israel, no hay Dios como tú ni en el cielo ni en la tierra; tú que guardas la alianza y el amor a tus siervos que andan en tu presencia con todo su corazón; (II Crónicas 6, 14)
escucha tú desde los cielos y obra; juzga a tus siervos. Da su merecido al inicuo, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza y declarando inocente al justo, para darle según su justicia. (II Crónicas 6, 23)
escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, pues les enseñarás el camino bueno por el que deben andar, y envía lluvia sobre tu tierra, la que diste a tu pueblo por herencia. (II Crónicas 6, 27)
y Juram le envió, por medio de sus siervos, navíos y marinos conocedores del mar, que fueron con los siervos de Salomón a Ofir, de donde tomaron 450 talentos de oro, que trajeron al rey Salomón. (II Crónicas 8, 18)
Los siervos de Juram y los siervos de Salomón, que habían traído oro de Ofir, trajeron también madera de algummim y piedras preciosas. (II Crónicas 9, 10)
Porque el rey tenía naves que navegaban a Tarsis con los siervos de Juram, y cada tres años venía la flota de Tarsis trayendo oro y plata, marfil, monos y pavos reales. (II Crónicas 9, 21)
Ellos le respondieron: «Si eres bueno con este pueblo y les sirves y les das buenas palabras, serán siervos tuyos para siempre.» (II Crónicas 10, 7)
Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es mi servidumbre y la servidumbre de los reinos de las naciones.» (II Crónicas 12, 8)
Esta es la lista, por sus casas paternas: De Judá, jefes de millar: Adná, el jefe, y con él 300.000 hombres esforzados. (II Crónicas 17, 14)
Y ahora pensáis en someter a los hijos de Judá y de Jerusalén como siervos y siervas vuestros. ¿Es que vosotros mismos no sois culpables contra Yahveh vuestro Dios? (II Crónicas 28, 10)
Después de esto, Senaquerib, rey de Asiria, que estaba sitiando Lakís, con todas sus fuerzas, envió sus siervos a Jerusalén, a Ezequías, rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén para decirles: (II Crónicas 32, 9)
Sus siervos dijeron todavía más cosas contra Yahveh Dios y contra Ezequías su siervo. (II Crónicas 32, 16)