Encontrados 875 resultados para: muerte al pecado

  • Y sucedió que en el camino le salió al encuentro Yahveh en el lugar donde pasaba la noche y quiso darle muerte. (Exodo 4, 24)

  • Faraón hizo llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: «Ahora sí, he pecado; Yahveh es el justo, y yo y mi pueblo somos inicuos. (Exodo 9, 27)

  • Entonces Faraón llamó a toda prisa a Moisés y a Aaron, y dijo: «He pecado contra Yahveh, vuestro Dios, y contra vosotros. (Exodo 10, 16)

  • Ahora, pues, perdonad por favor mi pecado, siquiera por esta vez; rogad a Yahveh, vuestro Dios, que aparte de mí al menos esta mortandad.» (Exodo 10, 17)

  • Si un buey acornea a un hombre o a una mujer, y le causa la muerte, el buey será apedreado, y no se comerá su carne, pero el dueño del buey quedará exculpado. (Exodo 21, 28)

  • Si el buey de uno acornea al buey de otro, causándole la muerte, venderán el buey vivo y se repartirán el precio, repartiendo igualmente el buey muerto. (Exodo 21, 35)

  • Pero quemarás fuera del campamento la carne del novillo, con su piel y sus excrementos. Es sacrificio por el pecado. (Exodo 29, 14)

  • Cada día ofrecerás un novillo en expiación como sacrificio por el pecado; y purificarás, mediante tu expiación, el altar, que ungirás para consagrarlo. (Exodo 29, 36)

  • Aarón una vez al año hará expiación sobre los cuernos de este altar. Con la sangre del sacrificio por el pecado, es decir, el de la expiación, una vez cada año hará expiación por él en vuestras sucesivas generaciones. Cosa sacratísima es el altar en honor de Yahveh. (Exodo 30, 10)

  • Entonces habló Yahveh a Moisés, y dijo: «¡Anda, baja! Porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, ha pecado. (Exodo 32, 7)

  • Y dijo Moisés a Aarón: «¿Qué te hizo este pueblo para que hayas traído sobre él tan gran pecado?» (Exodo 32, 21)

  • Al día siguiente dijo Moisés al pueblo: «Habéis cometido un gran pecado. Yo voy a subir ahora donde Yahveh; acaso pueda obtener la expiación de vuestro pecado.» (Exodo 32, 30)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina