Encontrados 458 resultados para: obras de arte en bronce
Envíame, pues, un hombre diestro en trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la púrpura escarlata, el carmesí y la púrpura violeta, y que sepa grabar; estará con los expertos que tengo conmigo en Judá y en Jerusalén, y que mi padre David ya había preparado. (II Crónicas 2, 6)
es hijo de una danita, y su padre es de Tiro. Sabe trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la piedra y la madera, la púrpura escarlata, la púrpura violeta, el lino fino y el carmesí. Sabe también hacer toda clase de grabados y ejecutar cualquier obra que se le proponga, a una con tus artífices y los artífices de mi señor David, tu padre. (II Crónicas 2, 13)
Dio comienzo a las obras el segundo mes del año cuarto de su reinado. (II Crónicas 3, 2)
Construyó también un altar de bronce de veinte codos de largo, veinte codos de ancho y diez codos de alto. (II Crónicas 4, 1)
Construyó también el atrio de los sacerdotes y el atrio grande con sus puertas, revistiendo las puertas de bronce. (II Crónicas 4, 9)
los ceniceros, las paletas y los acetres. Todos estos utensilios los hizo Juram Abí para el rey Salomón, para la Casa de Yahveh, de bronce bruñido. (II Crónicas 4, 16)
Salomón fabricó todos estos utensilios en tan enorme cantidad que no se pudo calcular el peso del bronce. (II Crónicas 4, 18)
Salomón había hecho un estrado de bronce de cinco codos de largo, cinco codos de ancho, y tres codos de alto, que había colocado en medio del atrio; poniéndose sobre él se arrodilló frente a toda la asamblea de Israel. Y extendiendo sus manos hacia el cielo, (II Crónicas 6, 13)
Salomón consagró el interior del patio, que está delante de la Casa de Yahveh, pues ofreció allí los holocaustos y las grasas de los sacrificios de comunión, ya que el altar de bronce que había hecho Salomón no podía contener el holocausto, la oblación y las grasas. (II Crónicas 7, 7)
Pero no empleó Salomón a ninguno de los israelitas como esclavo para sus obras, sino como hombres de guerra, jefes y escuderos, comandantes de sus carros y de sus caballos. (II Crónicas 8, 9)
el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, que confió a los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey. (II Crónicas 12, 10)
¡Vosotros, pues, esforzaos, y que no se debiliten vuestras manos! Porque vuestras obras tendrán recompensa." (II Crónicas 15, 7)