Encontrados 633 resultados para: obras de la carne

  • «Y al pueblo le dirás: Santificaos para mañana, que vais a comer carne, ya que os habéis lamentado a oídos de Yahveh, diciendo: "¿Quién nos dará carne para comer? Mejor nos iba en Egipto." Pues Yahveh os va a dar carne, y comeréis. (Números 11, 18)

  • Moisés respondió: «El pueblo en que estoy cuenta 600.000 de a pie, ¿y tú dices que les darás carne para comer un mes entero? (Números 11, 21)

  • Y todavía tenían la carne entre los dientes, todavía la estaban masticando, cuando se encendió la ira de Yahveh contra el pueblo, y lo hirió Yahveh con una plaga muy grande. (Números 11, 33)

  • Por favor, que no sea ella como quien nace muerto del seno de su madre, con la carne medio consumida.» (Números 12, 12)

  • Ellos cayeron rostro en tierra y clamaron: «Oh Dios, Dios de los espíritus de toda carne: un solo hombre ha pecado, ¿y te enojas con toda la comunidad?» (Números 16, 22)

  • Moisés dijo: «En esto conoceréis que Yahveh me ha enviado para hacer todas estas obras, y que no es ocurrencia mía: (Números 16, 28)

  • Su carne será para ti, así como el pecho del rito del mecimiento y la pierna derecha. (Números 18, 18)

  • Será quemada la vaca en su presencia, con su piel, su carne, su sangre e incluso sus excrementos. (Números 19, 5)

  • «Que Yahveh, Dios de los espíritus de toda carne, ponga un hombre al frente de esta comunidad, (Números 27, 16)

  • Pues Yahveh tu Dios te ha bendecido en todas tu obras: ha protegido tu marcha por este gran desierto, y hace ya cuarenta años que Yahveh tu Dios está contigo sin que te haya faltado nada.» (Deuteronomio 2, 7)

  • «Yahveh, Señor mío, tú has comenzado a manifestar a tu siervo tu grandeza y tu mano fuerte; pues ¿qué Dios hay, en los cielos ni en la tierra, que pueda hacer obras y proezas como las tuyas? (Deuteronomio 3, 24)

  • Podrás, sin embargo, siempre que lo desees, sacrificar y comer la carne, como bendición que te ha dado Yahveh tu Dios, en todas tus ciudades. Tanto el puro como el impuro podrán comerla, como si fuese gacela o ciervo. (Deuteronomio 12, 15)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina