Encontrados 298 resultados para: octava alianza

  • Han venido a nosotros, en calidad de amigos y aliados nuestros, los embajadores de los judíos para renovar nuestra antigua amistad y alianza, enviados por el sumo sacerdote Simón y por el pueblo de los judíos, (I Macabeos 15, 17)

  • Que Dios os llene de bienes y recuerde su alianza con Abraham, Isaac y Jacob, sus fieles servidores. (II Macabeos 1, 2)

  • Suprimiendo los privilegios que los reyes habían concedido a los judíos por medio de Juan, padre de Eupólemo, el que fue enviado en embajada a los romanos para un tratado de amistad y alianza, y abrogando las instituciones legales, introdujo costumbres nuevas, contrarias a la Ley. (II Macabeos 4, 11)

  • Pues ahora nuestros hermanos, después de haber soportado una corta pena por una vida perenne, cayeron por la alianza de Dios; tú, en cambio, por el justo juicio de Dios cargarás con la pena merecida por tu soberbia. (II Macabeos 7, 36)

  • que ha dejado al amigo de su juventud y ha olvidado la alianza de su Dios; (Proverbios 2, 17)

  • «Las obras de la justicia, ¿quién las anuncia? ¿quién las aguarda? ¡Pues la alianza está lejos!» (Eclesiástico 16, 22)

  • Alianza eterna estableció con ellos, y sus juicios les enseñó. (Eclesiástico 17, 12)

  • Todo esto es el libro de la alianza del Dios Altísimo, la Ley que nos prescribió Moisés como herencia para las asambleas de Jacob; (Eclesiástico 24, 23)

  • Recuerda los mandamientos, y no tengas rencor a tu prójimo, recuerda la alianza del Altísimo, y pasa por alto la ofensa. (Eclesiástico 28, 7)

  • Mas para el consejo del pueblo no se les busca, ni se les distingue en la asamblea. No se sientan en sitial de juez, ni meditan en la alianza del juicio. (Eclesiástico 38, 33)

  • Mostrará la instrucción recibida, y en la ley de la alianza del Señor se gloriará. (Eclesiástico 39, 8)

  • y ante la verdad de Dios y la alianza: de clavar los codos en los panes, (Eclesiástico 41, 20)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina