Encontrados 53 resultados para: pórtico

  • El atrio interior tenía también un pórtico hacia el mediodía; midió la distancia de un pórtico a otro, en dirección del mediodía: cien codos. (Ezequiel 40, 27)

  • Luego me llevó al atrio, por el pórtico meridional; midió el pórtico meridional: tenía las mismas dimensiones. (Ezequiel 40, 28)

  • Me llevó al pórtico interior, hacia oriente, y midió el pórtico: (Ezequiel 40, 32)

  • Me llevó luego al pórtico septentrional y lo midió: tenía las mismas dimensiones: (Ezequiel 40, 35)

  • Había una sala cuya entrada estaba en el vestíbulo del pórtico. Allí se lavaba el holocausto. (Ezequiel 40, 38)

  • Y en el vestíbulo del pórtico había, a cada lado, dos mesas para inmolar sobre ellas el holocausto, el sacrificio por el pecado y el sacrificio de expiación. (Ezequiel 40, 39)

  • Por el lado exterior de quien sube hacia la entrada del pórtico, al norte, había dos mesas, y al otro lado, hacia el vestíbulo del pórtico, dos mesas. (Ezequiel 40, 40)

  • Cuatro mesas a un lado y cuatro mesas al otro lado del pórtico, o sea ocho mesas sobre las que se hacía la inmolación. (Ezequiel 40, 41)

  • Me llevó al atrio interior; había allí, en el atrio interior, dos salas, una al lado del pórtico septentrional, con su fachada al mediodía, y la otra al lado del pórtico meridional, con su fachada al norte. (Ezequiel 40, 44)

  • Me llevó al Vestíbulo de la Casa y midió las pilastras del Vestíbulo: cinco codos por cada lado; luego la anchura del pórtico: catorce codos; y las paredes laterales del pórtico: tres codos por cada lado. (Ezequiel 40, 48)

  • Cuando acabó de medir el interior de la Casa, me hizo salir en dirección al pórtico que mira a oriente y midió todo el ámbito. (Ezequiel 42, 15)

  • Me condujo luego hacia el pórtico, el pórtico que miraba a oriente, (Ezequiel 43, 1)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina