Encontrados 591 resultados para: sacrificio por el pecado

  • Cada día ofrecerás un novillo en expiación como sacrificio por el pecado; y purificarás, mediante tu expiación, el altar, que ungirás para consagrarlo. (Exodo 29, 36)

  • Aarón una vez al año hará expiación sobre los cuernos de este altar. Con la sangre del sacrificio por el pecado, es decir, el de la expiación, una vez cada año hará expiación por él en vuestras sucesivas generaciones. Cosa sacratísima es el altar en honor de Yahveh. (Exodo 30, 10)

  • Entonces habló Yahveh a Moisés, y dijo: «¡Anda, baja! Porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, ha pecado. (Exodo 32, 7)

  • Y dijo Moisés a Aarón: «¿Qué te hizo este pueblo para que hayas traído sobre él tan gran pecado?» (Exodo 32, 21)

  • Al día siguiente dijo Moisés al pueblo: «Habéis cometido un gran pecado. Yo voy a subir ahora donde Yahveh; acaso pueda obtener la expiación de vuestro pecado.» (Exodo 32, 30)

  • Volvió Moisés donde Yahveh y dijo: «¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado al hacerse un dios de oro. (Exodo 32, 31)

  • Con todo, si te dignas perdonar su pecado..., y si no, bórrame del libro que has escrito.» (Exodo 32, 32)

  • Ahora ve y conduce al pueblo adonde te he dicho. He aquí que mi ángel irá delante de ti, mas en el día de mi visita los castigaré yo por su pecado.» (Exodo 32, 34)

  • que mantiene su amor por millares, que perdona la iniquidad, la rebeldía y el pecado, pero no los deja impunes; que castiga la iniquidad de los padres en los hijos y en los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación.» (Exodo 34, 7)

  • diciendo: «Si en verdad he hallado gracia a tus ojos, oh Señor, dígnese mi Señor venir en medio de nosotros, aunque sea un pueblo de dura cerviz; perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y recíbenos por herencia tuya.» (Exodo 34, 9)

  • No inmolarás con pan fermentado la sangre de mi sacrificio, ni quedará hasta el día siguiente la víctima de la fiesta de Pascua. (Exodo 34, 25)

  • Sí que los podréis ofrecer como ofrenda de primicias, pero no subirán al altar como sacrificio de calmante aroma. (Levítico 2, 12)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina