Encontrados 407 resultados para: sangre

  • Guárdate sólo de comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida con la carne. (Deuteronomio 12, 23)

  • Harás el holocausto de la carne y de la sangre sobre el altar de Yahveh tu Dios; la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Yahveh tu Dios, y tu podrás comer la carne. (Deuteronomio 12, 27)

  • sólo la sangre no la comerás; la derramarás en tierra como agua. (Deuteronomio 15, 23)

  • Si tienes que juzgar un caso demasiado difícil para ti, una causa de sangre, de colisión de derechos, o de lesiones, un litigio cualquiera en tus ciudades, te levantarás, subirás al lugar elegido por Yahveh tu Dios, (Deuteronomio 17, 8)

  • no sea que el vengador de sangre, cuando su corazón arde de ira, persiga al asesino, le dé alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte, siendo así que éste no es reo de muerte, puesto que no odiaba anteriormente al otro. (Deuteronomio 19, 6)

  • Así no se derramará sangre inocente en medio de la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia, y no habrá sangre sobre ti. (Deuteronomio 19, 10)

  • los ancianos de su ciudad mandarán a prenderle allí, y le entregarán en manos del vengador de sangre, para que muera. (Deuteronomio 19, 12)

  • No tendrá tu ojo piedad de él. Harás desaparecer de Israel todo derramamiento de sangre inocente, y así te irá bien. (Deuteronomio 19, 13)

  • Y pronunciarán estas palabras: «Nuestras manos no han derramado esa sangre y nuestros ojos no han visto nada. (Deuteronomio 21, 7)

  • Cubre a Israel tu pueblo, tú Yahveh que lo rescataste, y no dejes que se derrame sangre inocente en medio de tu pueblo Israel.» Así quedarán a cubierto de esa sangre, (Deuteronomio 21, 8)

  • y tú habrás quitado de en medio de ti la sangre inocente, haciendo lo que es justo a los ojos de Yahveh. (Deuteronomio 21, 9)

  • Cuando construyas una casa nueva, pondrás un pretil a tu azotea; así tu casa no incurrirá en la venganza de sangre en el caso de que alguno se cayera de allí. (Deuteronomio 22, 8)


“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina