Encontrados 65 resultados para: sierva

  • Vete y entra donde el rey David y dile: "Acaso tú, rey mi señor, no has jurado a tu sierva: Salomón tu hijo reinará después de mí y él se sentará en mi trono? ¿Pues por qué Adonías se hace el rey?" (I Reyes 1, 13)

  • Ella le dijo: «Mi señor, tú has jurado a tu sierva por Yahveh tu Dios: "Salomón tu hijo reinará después de mí y él se sentará en mi trono." (I Reyes 1, 17)

  • Se levantó ella durante la noche y tomó a mi hijo de mi lado, mientras tu sierva dormía, y lo acostó en su regazo, y a su hijo muerto lo acostó en mi regazo. (I Reyes 3, 20)

  • Eliseo dijo: «¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa.» Respondió ella: «Tu sierva no tiene en casa más que una orza de aceite.» (II Reyes 4, 2)

  • Dijo él: «Al año proximo, por este mismo tiempo, abrazarás un hijo.» Dijo ella: «No, mi señor, hombre de Dios, no engañes a tu sierva.» (II Reyes 4, 16)

  • Entonces, mandó llamar a Jabrís y Jarmís, ancianos de la ciudad, por medio de la sierva que tenía al frente de su hacienda. (Judit 8, 10)

  • Estad esta noche a la puerta de la ciudad. Yo saldré con mi sierva y antes del plazo que os habéis fijado para entregar la ciudad a nuestros enemigos, visitará el Señor a Israel por mi mano. (Judit 8, 33)

  • se levantó Judit del suelo, llamó a su sierva y bajando a la casa donde pasaba los sábados y solemnidades, (Judit 10, 2)

  • Luego dio a su sierva un odre de vino y un cántaro de aceite, llenó una alforja con harina de cebada, tortas de higos y panes puros, empaquetó las provisiones y se lo entregó igualmente a su sierva. (Judit 10, 5)

  • Así lo hicieron ellos, y salió Judit con su sierva. Los hombres de la ciudad la siguieron con la mirada mientras descendía por la ladera, hasta que llegó al valle; y allí la perdieron de vista. (Judit 10, 10)

  • Y eligieron entre ellos cien hombres que le dieran escolta a ella y a su sierva y las llevaran hasta la tienda de Holofernes. (Judit 10, 17)

  • Respondió Judit: «Acoge las palabras de tu sierva, y que tu sierva pueda hablar en tu presencia. Ninguna falsedad diré esta noche a mi señor. (Judit 11, 5)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina