Encontrados 14 resultados para: soborno

  • porque Yahveh vuestro Dios es el Dios de los dioces y el Señor de los señores, el Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas ni admite soborno; (Deuteronomio 10, 17)

  • No torcerás el derecho, no harás acepción de personas, no aceptarás soborno, porque el soborno cierra los ojos de los sabios y corrompe las palabras de los justos. (Deuteronomio 16, 19)

  • Maldito quien acepte soborno para quitar la vida a un inocente. - Y todo el pueblo dirá: Amén. (Deuteronomio 27, 25)

  • ¡Que esté sobre vosotros el temor de Yahveh! Atended bien a lo que hacéis, porque en Yahveh nuestro Dios no hay iniquidad ni acepción de personas ni soborno.» (II Crónicas 19, 7)

  • Sí, es estéril la ralea del impío, devora el fuego la tienda del soborno. (Job 15, 34)

  • Procura, pues, que no te seduzca la abundancia, ni el copioso soborno te extravíe. (Job 36, 18)

  • no presta a usura su dinero, ni acepta soborno en daño de inocente. Quien obra así jamás vacilará. (Salmos 15, 5)

  • que tienen en sus manos la infamia, y su diestra repleta de soborno. (Salmos 26, 10)

  • Tus jefes, revoltosos y aliados con bandidos. Cada cual ama el soborno y va tras los regalos. Al huérfano no hacen justicia, y el pleito de la viuda no llega hasta ellos. (Isaías 1, 23)

  • los que absuelven al malo por soborno y quitan al justo su derecho. (Isaías 5, 23)

  • El que anda en justicia y habla con rectitud; el que rehúsa ganancias fraudulentas, el que se sacude la palma de la mano para no aceptar soborno, el que se tapa las orejas para no oír hablar de sangre, y cierra sus ojos para no ver el mal. (Isaías 33, 15)

  • en ti se acepta soborno para derramar sangre; tomas a usura e interés, explotas a tu prójimo con violencia, y te has olvidado de mí, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 22, 12)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina