Encontrados 320 resultados para: tribu de Manasés

  • Llamó José al primogénito Manasés, porque - decia - «Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y la casa de mi padre,» (Génesis 41, 51)

  • A José le nacieron en Egipto Manasés y Efraím, de Asnat, hija de Poti Fera, sacerdote de On. (Génesis 46, 20)

  • Sucedió tras esto que se le dijo a José: «Mira que tu padre está malo.» Entonces él tomó consigo a sus dos hijos Manasés y Efraím, (Génesis 48, 1)

  • Pues bien, los dos hijos tuyos que te nacieron en Egipto antes de venir yo a Egipto a reunirme contigo, míos son: Efraím y Manasés, igual que Rubén y Simeón, serán míos. (Génesis 48, 5)

  • José los tomó a los dos, a Efraím con la derecha, a la izquierda de Israel, y a Manasés con la izquierda, a la derecha de Israel, y los acercó a éste. (Génesis 48, 13)

  • Israel extendió su diestra y la puso sobre la cabeza de Efraím, aunque era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés: es decir que cruzó las manos, puesto que Manasés era el primogénito; (Génesis 48, 14)

  • Al ver José que su padre tenía la diestra puesta sobre la cabeza de Efraím, le pareció mal, y asió la mano de su padre para retirarla de sobre la cabeza de Efraím a la de Manasés. (Génesis 48, 17)

  • Y les bendijo aquel día, diciendo: «Que con vuestro nombre se bendiga en Israel, y se diga: ¡Hágate Dios como a Efraím y Manasés!» - y puso a Efraím por delante de Manassés. - (Génesis 48, 20)

  • José vio a los biznietos de Efraím; asimismo los hijos de Makir, hijo de Manasés, nacieron sobre las rodillas de José. (Génesis 50, 23)

  • Mira que he designado a Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá; (Exodo 31, 2)

  • Mira que yo le he dado por colaborador a Oholiab, hijo de Ajisamak, de la tribu de Dan; y además, en el corazón de todos los hombres hábiles he infundido habilidad para que hagan todo lo que te he mandado: (Exodo 31, 6)

  • Moisés dijo entonces a los israelitas: «Mirad, Yahveh ha designado a Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, (Exodo 35, 30)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina