Encontrados 490 resultados para: Aceite Santo

  • Entonces Samuel tomó la redoma del aceite, la derramó sobre su cabeza, le besó y dijo: "¿No es el Señor quien te ha ungido como jefe de su pueblo, Israel? Tú regirás al pueblo del Señor y lo librarás de los enemigos que le rodean. Ésta es la señal de que el Señor te ha ungido como jefe de su heredad: (I Samuel 10, 1)

  • El Señor dijo a Samuel: "¿Hasta cuándo vas a estar llorando por Saúl, siendo así que yo lo he rechazado como rey de Israel? Llena tu cuerno de aceite. Yo te envío a casa de Jesé, de Belén, porque me he elegido un rey entre sus hijos". (I Samuel 16, 1)

  • Samuel tomó el cuerno del aceite y le ungió en presencia de sus hermanos. El espíritu del Señor se apoderó de David a partir de aquel día. Samuel se fue y volvió a Ramá. (I Samuel 16, 13)

  • El sacerdote respondió: "No tengo a mano pan ordinario; no hay más que pan santo, si es que tus hombres se han abstenido al menos de relaciones con mujeres". (I Samuel 21, 5)

  • Entonces el sacerdote le dio el pan santo, porque no había allí otro pan que el pan presentado al Señor, y ese mismo día se había retirado del altar para reemplazarlo por pan reciente. (I Samuel 21, 7)

  • Salomón, a cambio, suministraba cada año a Jirán, para alimento de su corte, nueve mil toneladas de trigo y novecientas de aceite. (I Reyes 5, 25)

  • Ella entonces replicó: "¡Vive el Señor, tu Dios!, que no tengo una sola torta; sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la orza. Estaba recogiendo esta leña para prepararlo para mí y mi hijo, comérnoslo y luego morir". (I Reyes 17, 12)

  • Porque esto dice el Señor, Dios de Israel: No se vaciará la tinaja de harina, ni la orza del aceite disminuirá hasta el día en que el Señor haga caer la lluvia sobre la faz de la tierra". (I Reyes 17, 14)

  • La tinaja de harina no se vació, ni disminuyó la orza del aceite, según la promesa que el Señor había hecho por medio de Elías. (I Reyes 17, 16)

  • Eliseo le dijo: "¿Qué puedo hacer por ti? Dime: ¿qué tienes en casa?". Ella respondió: "Sólo tengo una orza de aceite". (II Reyes 4, 2)

  • Entra luego en tu casa, ciérrate dentro con tus hijos y vierte el aceite en todas esas vasijas, retirándolas según se van llenando". (II Reyes 4, 4)

  • Cuando las vasijas estaban ya llenas, dijo a uno de sus hijos: "Tráeme otra vasija". Pero él respondió: "No hay más vasijas". Y el aceite se terminó. (II Reyes 4, 6)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina