Encontrados 2686 resultados para: Ana

  • Cuando me acuerdo de tus lágrimas, me entran ganas de ir a verte para llenarme de alegría, (II Timoteo 1, 4)

  • Conserva como modelo de sana doctrina lo que oíste de mí, con la fe y el amor de Cristo Jesús. (II Timoteo 1, 13)

  • Evita las palabrerías vacías y profanas, que contribuyen cada vez más a la maldad, (II Timoteo 2, 16)

  • Los hombres malvados irán de mal en peor; engañarán y serán engañados. (II Timoteo 3, 13)

  • Pues vendrá el tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino que, llevados de sus caprichos, buscarán maestros que les halaguen el oído; (II Timoteo 4, 3)

  • a los que es preciso tapar la boca. Revuelven familias enteras enseñando lo que no deben, llevados por el ansia de ganancias sucias. (Tito 1, 11)

  • Tú, en cambio, predica lo que está conforme con la sana doctrina. (Tito 2, 1)

  • que las ancianas, igualmente, observen una conducta digna de personas santas; que no sean calumniadoras, ni dadas a la bebida, sino capaces de instruir en el bien, (Tito 2, 3)

  • de palabra sana, irreprochable, de modo que el adversario quede en vergüenza al no poder alegar contra nosotros nada malo. (Tito 2, 8)

  • Evita, en cambio, las cuestiones tontas, las genealogías, las discusiones y polémicas sobre la ley, pues son inútiles y vanas. (Tito 3, 9)

  • a la hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero de fatigas, y a la Iglesia que se reúne en su casa: (Filemon 1, 2)

  • pero nada he querido hacer sin tu consentimiento, a fin de que me hagas esta buena obra no a la fuerza, sino de buena gana. (Filemon 1, 14)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina