Encontrados 85 resultados para: Atrio
Cuando acabó de medir el interior del templo, me sacó fuera hacia el pórtico este y midió el atrio todo en torno. (Ezequiel 42, 15)
Entonces el espíritu me levantó y me llevó al atrio interior. La gloria del Señor llenaba el templo. (Ezequiel 43, 5)
Al entrar por los pórticos del atrio interior vestirán hábito de lino; no llevarán vestidos de lana cuando oficien en los pórticos del atrio interior y dentro del templo. (Ezequiel 44, 17)
Cuando salgan al atrio exterior, donde está el pueblo, se despojarán de las vestiduras con que hayan oficiado; las dejarán en las salas del santuario y se pondrán otros vestidos, con el fin de no santificar al pueblo con sus vestiduras. (Ezequiel 44, 19)
Ningún sacerdote beberá vino el día en que tenga que entrar en el atrio a oficiar. (Ezequiel 44, 21)
y el día en que vuelva a entrar en el santuario, en el atrio interior para oficiar en el santuario, ofrecerá un sacrificio por el pecado, dice el Señor Dios. (Ezequiel 44, 27)
El sacerdote tomará de la sangre del sacrificio por el pecado y la derramará sobre las jambas del templo, sobre los cuatro ángulos del zócalo del altar y sobre las jambas del pórtico del atrio interior. (Ezequiel 45, 19)
Esto dice el Señor Dios: La puerta del atrio interior, que mira a oriente, permanecerá cerrada en los días laborables, pero el sábado se abrirá, así como el día de la luna nueva. (Ezequiel 46, 1)
Y me dijo: "Éste es el lugar donde los sacerdotes cocerán las víctimas del sacrificio por el pecado y las de reparación y donde cocerán las ofrendas, con el fin de que no lo saquen al atrio exterior, santificando así al pueblo". (Ezequiel 46, 20)
Luego me llevó al atrio exterior y me hizo pasar junto a los cuatro ángulos del atrio. En cada uno de los ángulos del atrio había un patio, (Ezequiel 46, 21)
esto es, en los cuatro ángulos del atrio había cuatro patios pequeños, de veinte metros de longitud por quince de anchura. Todos tenían la misma dimensión. (Ezequiel 46, 22)
Pedro estaba fuera sentado en el atrio. Se le acercó una criada y le dijo: "Tú también estabas con Jesús, el galileo". (Mateo 26, 69)