Encontrados 51 resultados para: Cadáveres

  • Vosotros, no; vuestros cadáveres quedarán en este desierto. (Números 14, 32)

  • Vuestros hijos andarán por el desierto durante cuarenta años, llevando sobre sí vuestras rebeldías, hasta que vuestros cadáveres se consuman en el desierto. (Números 14, 33)

  • De la misma manera el cerdo, que tiene la pezuña partida, pero no es rumiante: debéis tenerlo por impuro. No comeréis sus carnes ni tocaréis sus cadáveres. (Deuteronomio 14, 8)

  • Hoy el Señor te entregará en mis manos, te mataré, te cortaré la cabeza y hoy mismo daré tu cadáver y los cadáveres de los ejércitos filisteos, a las aves del cielo y a las bestias del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel, (I Samuel 17, 46)

  • Rispá, hija de Ayá, extendió un saco en la roca y allí estuvo, desde el principio de la siega hasta que llegaron las lluvias, sin dejar que las aves del cielo se lanzasen sobre sus cadáveres durante el día ni las bestias del campo durante la noche. (II Samuel 21, 10)

  • Y aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento de Asiria a ciento ochenta y cinco mil; y, al levantarse por la mañana, vieron que todos ellos eran cadáveres. (II Reyes 19, 35)

  • Cuando los de Judá llegaron a la cima que domina el desierto y volvieron sus ojos hacia la multitud, no vieron más que cadáveres tendidos en tierra. No se había salvado ni uno. (II Crónicas 20, 24)

  • Daba pan a los hambrientos y vestidos a los desnudos; yo enterraba los cadáveres de mis compatriotas que veía tras las murallas de Nínive. (Tobías 1, 17)

  • Di sepultura también a los que mató Senaquerib a su vuelta de Judea, después de la derrota propinada por el rey del cielo a aquel blasfemo. Rabioso, mató a muchos israelitas; y yo escondía sus cadáveres, y luego los enterraba. Senaquerib los buscó, pero no pudo encontrarlos. (Tobías 1, 18)

  • Los heridos llenarán los valles, y los cadáveres desbordarán los torrentes y los ríos. (Judit 2, 8)

  • Sangre beben sus polluelos; donde hay cadáveres, allí está ella. (Job 39, 30)

  • juzga a las naciones, amontona cadáveres y tritura cabezas en el mundo entero. (Salmos 110, 6)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina