Encontrados 63 resultados para: Corazones

  • Por eso todos los brazos se derrumban, todos los corazones se derriten. (Isaías 13, 7)

  • El espíritu del Señor Dios está en mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a curar los corazones oprimidos, a anunciar la libertad a los cautivos, la liberación a los presos; (Isaías 61, 1)

  • Para eso has llenado de tu temor nuestros corazones, para que invocásemos tu nombre. Queremos alabarte en nuestro destierro, porque hemos apartado de nuestro corazón toda la injusticia de nuestros padres, que pecaron ante ti. (Baruc 3, 7)

  • Para que tiemblen los corazones y se acrecienten las víctimas, he puesto en todas las puertas la espada del estrago; hecha estás para fulgurar, afilada para matar. (Ezequiel 21, 20)

  • ¡Devastación, saqueo, destrucción, corazones presa de terror, temblor de rodillas, lomos estremecidos, rostros desencajados! (Nahún 2, 11)

  • Entonces, mirándolos indignado y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: "Extiende tu mano". La extendió y quedó sana. (Marcos 3, 5)

  • Jesús les dijo: "Moisés escribió este precepto por la dureza de vuestros corazones. (Marcos 10, 5)

  • Los de junto al camino son los que la oyen, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de Dios de sus corazones para que no crean y se salven. (Lucas 8, 12)

  • Y les dijo: "Vosotros presumís de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que se estima tanto entre los hombres, no tiene valor alguno ante Dios. (Lucas 16, 15)

  • "Cuidad de que vuestros corazones no se emboten por el vicio, la borrachera y las preocupaciones de la vida, y caiga de improviso sobre vosotros este día (Lucas 21, 34)

  • Al oír esto estallaban de rabia sus corazones, y rechinaban los dientes contra él. (Hechos 7, 54)

  • sin embargo, no ha cesado jamás de dar testimonio de sí mismo haciendo el bien, mandándoos desde el cielo lluvias y estaciones fructíferas y saciándoos de comida y llenando vuestros corazones de felicidad". (Hechos 14, 17)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina