Encontrados 162 resultados para: Cuarenta

  • Cuarenta años los sustentaste en el desierto. No les faltó nada; sus vestidos no se gastaron ni se hincharon sus pies. (Nehemías 9, 21)

  • y sus hermanos cabezas de familia: doscientos cuarenta y dos; y Amasay, hijo de Azarel, hijo de Ajzay, hijo de Mesilemot, hijo de Imer, (Nehemías 11, 13)

  • No habían pasado cuarenta días, cuando el rey fue asesinado por sus dos hijos, quienes huyeron a las montañas de Ararat, sucediéndole en el reino Asaradón. Ajicar, hijo de mi hermano Anael, fue encargado de toda la contabilidad del reino, con autoridad también sobre la administración general. (Tobías 1, 21)

  • Si al rey le parece bien, decrete que sea exterminado, y yo entregaré al tesoro real trescientas cuarenta toneladas de plata". (Ester 3, 9)

  • Después de todo esto vivió Job todavía hasta la edad de ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a sus nietos hasta la cuarta generación. (Job 42, 16)

  • Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Son un pueblo de corazón rebelde, no han entendido mis caminos". (Salmos 95, 10)

  • los puso al frente de cuarenta mil soldados de infantería y de siete mil de caballería para que invadieran Judá y la devastaran, según la orden del rey. (I Macabeos 3, 39)

  • Jonatán salió a su encuentro con cuarenta mil hombres escogidos, y llegó también a Betsán. (I Macabeos 12, 41)

  • Después de esto, Simón envió a Numenio a Roma con un gran escudo de oro que pesaba cuatrocientos cuarenta kilos de oro, para renovar el pacto con los romanos. (I Macabeos 14, 24)

  • Trajeron un escudo de oro que pesaba cuatrocientos cuarenta kilos. (I Macabeos 15, 18)

  • Jafa y Guézer, que reclamas, fueron causa de grandes males para nuestro pueblo y desolaban nuestro país, pero estamos dispuestos a darte trescientos cuarenta kilos de plata por ellas". (I Macabeos 15, 35)

  • Durante cuarenta días se vieron en toda la ciudad carreras de jinetes corriendo por el aire, con vestiduras de oro, armados de lanzas y formados en escuadrones, (II Macabeos 5, 2)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina