Encontrados 102 resultados para: Daniel

  • Entonces el rey se alegró enormemente y mandó sacar a Daniel del foso. Sacaron a Daniel del foso, y no se le encontró lesión alguna porque había confiado en su Dios. (Daniel 6, 24)

  • El rey ordenó que fueran traídos y arrojados al foso de los leones aquellos hombres que habían calumniado a Daniel, ellos, sus mujeres y sus hijos. Y aún no habían tocado el suelo del foso, cuando los leones se lanzaron sobre ellos y trituraron todos sus huesos. (Daniel 6, 25)

  • He dado la orden de que en todos los dominios de mi reino tiemblen todos y teman ante el Dios de Daniel: Porque él es el Dios vivo, que existe por los siglos; su reino no será jamás destruido y su imperio no tendrá fin. (Daniel 6, 27)

  • El que salva y libera, obra prodigios y maravillas en el cielo y en la tierra; el que ha salvado a Daniel de las garras de los leones". (Daniel 6, 28)

  • Así Daniel vivió en gran honor en el reinado de Darío y en el reinado de Ciro el persa. (Daniel 6, 29)

  • El año primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel, mientras estaba en la cama, tuvo un sueño y pasaron por su espíritu unas visiones. En seguida puso por escrito el sueño. (Daniel 7, 1)

  • Daniel tomó la palabra y dijo: "Veía yo en visiones durante la noche que los cuatro vientos del cielo agitaban el mar grande; (Daniel 7, 2)

  • Yo, Daniel, quedé profundamente turbado y las visiones que contemplé me dejaron asustado. (Daniel 7, 15)

  • Aquí termina la relación. Yo, Daniel, quedé turbado por estos pensamientos y se me demudó el color del rostro. Pero lo guardé todo en mi corazón. (Daniel 7, 28)

  • El año tercero del reinado de Baltasar, yo, Daniel, tuve una segunda visión después de la precedente. (Daniel 8, 1)

  • Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y trataba de comprenderla, vi que se situó ante mí uno, en forma de hombre, (Daniel 8, 15)

  • Entonces yo, Daniel, me sentí sin fuerzas y estuve enfermo algunos días. Después me levanté y me seguí ocupando de los asuntos del rey. Pero continuaba asustado por la visión, que me resultaba incomprensible. (Daniel 8, 27)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina