Encontrados 40 resultados para: Darle

  • Antíoco sospechaba que lo despreciaba, y pensó que también lo recriminaba. Pero, con todo, al más joven, que quedaba todavía, no solamente le exhortaba con palabras, sino que le prometía con juramento enriquecerlo de una vez y hacerle el más feliz, y, una vez que hubiera renegado de su religión y abandonado las leyes patrias, tenerle como amigo, proveerle de todo lo necesario y darle un cargo de gobierno. (II Macabeos 7, 24)

  • Id al encuentro del sediento a llevarle agua, habitantes del país de Temá; para darle pan, salid al encuentro del fugitivo. (Isaías 21, 14)

  • El rey Joaquín, con todos los oficiales y magistrados, al oír sus palabras trató de darle muerte. Urías se enteró de ello y atemorizado huyó a Egipto. (Jeremías 26, 21)

  • En cuanto a Jeremías, fue protegido por Ajicán, hijo de Safán, y así no fue entregado en manos del pueblo para darle muerte. (Jeremías 26, 24)

  • Daniel se distinguía entre los ministros y los sátrapas por estar dotado de un espíritu superior, tanto que el rey pensaba darle una autoridad sobre todo el reino. (Daniel 6, 4)

  • Con cuerdas de cariño los atraía, con lazos de amor; fui para él como quien alza a un niño sobre su propio cuello y se inclina hacia él para darle de comer. (Oseas 11, 4)

  • que juró darle lo que pidiera. (Mateo 14, 7)

  • Le replicaron: "Entonces, ¿por qué Moisés ordenó darle el acta de divorcio cuando se separa de ella?". (Mateo 19, 7)

  • Ellos, al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él buscaba oportunidad para entregarlo. (Marcos 14, 11)

  • pues un amigo mío ha venido de viaje a mi casa y no tengo qué darle; (Lucas 11, 6)

  • Ellos se alegraron y se comprometieron a darle dinero. (Lucas 22, 5)

  • Pablo, después de darle el gobernador la señal de hablar, respondió: "Como sé que desde hace muchos años eres el juez de esta nación, haré confiadamente mi defensa. (Hechos 24, 10)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina